Horas después de reunirse con el presidente Felipe Calderón, los diputados del PRI le exigieron al mandatario, en una carta abierta, enviar un paquete económico sin simulaciones, con cifras realistas y austero, y que asegure la estabilidad de las finanzas públicas.

Al presentar el documento, en la recién remodelada sala de juntas de la bancada, el coordinador priísta, Francisco Rojas Gutiérrez, rechazó detallar los alcances de la reunión. Confirmó que su grupo parlamentario no aprobará ningún aumento a impuestos y en cambio votará una reducción de 16 a 15 por ciento en la tasa del IVA.

Esperamos que (Calderón) se sume a esta propuesta, que cuenta con el respaldo de la mayoría de los mexicanos, leyó el legislador priísta, quien se hizo acompañar de los integrantes del equipo económico del tricolor en la Cámara.

Rojas no aceptó preguntas y leyó el documento, en el cual su bancada fijó posición respecto de la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2011, que el Ejecutivo debe enviar a la Cámara a más tardar este miércoles.

La carta priísta plantea que el proyecto de presupuesto debe ser un detonador del crecimiento económico con sentido social y que sus prioridades sean de inversión en infraestructura, seguridad pública, educación y salud, así como contar con previsiones suficientes para el campo, las pequeñas y medianas empresas, atención a grupos vulnerables, equidad de género, ciencia y tecnología, así como la protección al medio ambiente.

Además, exige reglas sencillas del gasto público federal, que impidan el uso electoral de los programas sociales y señala que en un país que requiere impulso económico y servicios básicos, los subejercicios son inaceptables.

El PRI considera en la carta que el paquete económico debe incluir criterios generales de política económica objetivos, y que no se sustente en cifras equivocadas o subestimadas, que, como ocurrió con la propuesta para 2010, deriven en errores importantes en la estimación de los ingresos.

Otro de los reclamos es la austeridad en el manejo del presupuesto, e indica que la caída de ingresos fiscales por el recorte de un punto en la tasa del IVA –de aproximadamente 30 mil millones de pesos– puede ser compensada con un recorte importante en el gasto corriente del gobierno federal, que ha crecido significativamente y sin justificación alguna.