La semana anterior, la Policía Federal (PF) aseguró en operativos diversos a 180 migrantes procedentes de varios países de Centroamérica, informó ayer la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP).

En medio de las recientes críticas que hizo la Iglesia católica a las autoridades mexicanas por el problema de los indocumentados y los presuntos actos de corrupción dentro del Instituto Nacional de Migración (INM), la dependencia que encabeza Genaro García Luna reveló que apenas el pasado domingo, en el municipio de Nanchitán, Veracruz, un grupo de 80 indocumentados centroamericanos fue detectado por agentes federales.

En un comunicado, la SSP federal refirió que los migrantes fueron descubiertos cuando permanecían ocultos en la caja de un tractocamión bordeado con desechos de construcción.

Destacó que el grupo estaba conformado por 52 guatemaltecos, 18 hondureños y 10 de El Salvador, entre los que se encuentran seis menores de edad.

Los policías federales marcaron el alto al tractocamión en el kilómetro 5 de la carretera 180-D, tramo Nueva Teapa-La Verónica. Carlos Arrieta Gómez, conductor del vehículo, carecía de la licencia de conducir y la documentación oficial, y tras que fueron ubicados los migrantes ocultos en condiciones infrahumanas, fue remitido a las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR).

Al inspeccionar la caja tipo jaula, los policías federales encontraron una puerta de madera que comunicaba a un compartimiento de 10 metros de largo, donde los centroamericanos viajaban hacinados y tenían signos de deshidratación, destacó la SSP federal. La dependencia añadió fueron trasladados a las instalaciones de la Policía Federal para ser alimentados y atendidos por médicos.

Los Zetas los están esperando

La dependencia añadió que la acción de Veracruz se suma a dos más, el 28 y 30 de agosto pasados en Sonora e Hidalgo, respectivamente, en las que fueron asegurados 100 migrantes en ambos operativos. Estos aseguramientos se dan a dos semanas de que fueron hallados los cadáveres de más de 70 migrantes en una casa de seguridad del grupo delictivo Los Zetas en el estado de Tamaulipas.

Diversos informes de la PGR, que contienen averiguaciones previas en curso, han dado cuenta de que a su llegada a territorio mexicano los indocumentados extranjeros son levantados por sicarios de Los Zetas y obligados a unirse a las filas de esa agrupación criminal, en algunos casos con la complacencia de las autoridades migratorias.