El recinto del Comité Internacional Pro Ciegos alberga más de 7 mil títulos en braille
Fueron transcritos por personas que aprendieron a leer y escribir con ese sistema
Martes 7 de septiembre de 2010, p. 33
En el corazón de la colonia Santa María la Ribera, en la delegación Cuauhtémoc, se localiza el acervo de libros en sistema braille más grande de América Latina.
La biblioteca del Comité Internacional Pro Ciegos (institución de asistencia privada) preserva más de 7 mil volúmenes de escritores distinguidos como Dostoievski, Verne, Rulfo, Shakespeare, Cervantes, Quiroga, London, Dickens, Dumas, Salgari, Sófocles y muchos más, cuyas obras han sido traducidas a ese sistema de comunicación.
En sus anaqueles es posible encontrar ejemplares de El Quijote de la Mancha, La Divina Comedia, Romeo y Julieta, Electra, Los Hijos de Sánchez, El Médico del Tibet o La Biblia, esta última conformada por 38 tomos, escritos en cartón lecter, que fue el primer material utilizado para escribir en braille.
Miguel Ángel Zempoatécatl, bibliotecario de este recinto desde hace 21 años, muestra orgulloso el libro más antiguo que tienen: San Cristóbal, del escritor portugués José María Eca de Queiroz, de 1932, que muestra –como muchos de los textos almacenados– empastados antiguos.
Aunque también se pueden consultar libros más recientes y de materias tan diversas como geografía, historia de México, matemáticas, biología y más, los cuales están transcritos en papel especial braille, que permite escribir por ambas caras.
Guiando el recorrido por los pasillos de ese espacio literario, Miguel Ángel precisa que 70 por ciento de sus libros han sido traducidos por personas con limitación visual, quienes en el Comité Internacional Pro Ciegos han aprendido a leer y escribir en sistema braille. Añade que 20 por ciento fueron comprados, y 10 por ciento, donados.
Destaca que desde 1957 funciona esta biblioteca, dentro de la misma IAP, que tiene más de 100 años de ayudar a personas con discapacidad visual a enfrentar la vida de mejor manera. De ahí que de manera continua ofrecen cursos para aprender braille, y quienes llegan a especializarse ayudan a la transcripción de las obras literarias a su propio sistema.
Uguete López Gutiérrez es una de las usuarias más asiduas. Detalla que desde los 12 años aprendió braille y desde entonces lee de todo. Su libro preferido es La ventana indiscreta, de Cornell Woolrich, y su principal queja: que no haya más apoyo para la impresión de más libros en su método de lectura y escritura, pues los pocos que se comercializan son muy caros
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A lo largo y ancho del inmueble del Comité Internacional Pro Ciegos es posible ver el apoyo que brindan a la gente con limitación visual, a la que enseñan también a realizar manualidades, repostería y música, entre otras hablilidades, para hacerles la vida menos difícil.