Integrantes de Los Zetas reclutan desde hace al menos un año a indocumentados que, en su intento por cruzar a Estados Unidos, son engañados u obligados a sumarse a las filas de ese grupo criminal, que mantiene una férrea disputa con el cártel del Golfo por el dominio de territorios en Tamaulipas y Nuevo León.

El enganche de fichas, como llaman los sicarios la búsqueda de personas para que formen parte de Los Zetas, comienza en los países de origen de los indocumentados. En un segundo punto continúa en territorio mexicano, en casas de ayuda a migrantes, en estaciones de autobuses, hoteles y estaciones ferroviarias localizadas en los estados próximos al Golfo de México.

Según documentos de la averiguación previa PGR/TAMPS /MAT-III/2194/2010, a los que tuvo acceso La Jornada, Eduardo Rico Pérez, arraigado por estar presuntamente implicado en el asesinato de los 72 migrantes que el pasado 24 de agosto fueron localizados por efectivos de la Secretaría de Marina en una casa de seguridad en San Fernando, Tamaulipas, aseguró que los indocumentados, procedentes de Ecuador, Honduras, Brasil y El Salvador, fueron ejecutados por negarse a colaborar con Los Zetas.

En otro caso de migrantes vinculados con ese grupo delictivo, que hasta 2008 era el brazo armado del cártel del Golfo, la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer ayer que seis guatemaltecos que permanecieron en las últimas semanas en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) de Iztapalapa fueron internados en el penal federal de Villa Aldama, Veracruz, por presuntamente pertenecer a Los Zetas.

La PGR expuso que un juzgado de distrito concedió a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) una orden de aprehensión contra los guatemaltecos por el ilícito de delincuencia organizada, luego de que presuntamente fueron reclutados por Los Zetas para trabajar de vigías.

Al igual que los extranjeros, Simón Olmos Soto, ex agente de tránsito de Jalapa, Veracruz, fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social número cinco de Villa Aldama, porque supuestamente brindaba licencias de conducir falsas a miembros de Los Zetas, añadió la PGR.

Los guatemaltecos Jorge Eduardo Martínez, Byron López Toj, José Antonio Pérez Castro, Carlos Aníbal Rodríguez, Fredy López Chitimun y Saqueo Emiliano Cucul fueron trasladados ayer de la estación migratoria, en el oriente del Distrito Federal, al penal federal, mediante un operativo de la Policía Federal.

Los seis extranjeros forman parte de un grupo de 13 indocumentados rescatados por un comando armado de Los Zetas el pasado 19 de abril de la estación migratoria de Acayucan, Veracruz. Su función en la organización criminal era de vigías (conocidos como halcones), para lo cual recibían entrenamiento en el estado de San Luis Potosí.

Los guatemaltecos, ex militares en su país, fueron localizados tres días después por policías federales en Tlaxcala y remitidos ante la SIEDO.

Sobre el caso de los 72 indocumentados que fueron encontrados muertos en Tamaulipas la última semana de agosto, el presunto zeta Eduardo Rico Pérez declaró ante la SIEDO que la mayoría de los migrantes habían sido levantados en los estados de Veracruz y Tamaulipas, y después trasladados a una casa de seguridad y adiestrados para ser sicarios, pero, como no accedieron a formar parte de la banda, fueron ultimados.

“Nuestro trabajo es reclutar a migrantes para las filas de Los Zetas”, declaró Rico Pérez a los fiscales anticrimen. Agregó: primero se les trae a México bajo el supuesto de que se les dará empleo aquí, con el fin de que junten su dinerito y luego se vayan a Estados Unidos.

Sin embargo, una vez que llegan a Tamaulipas se les confina en casas de seguridad, donde son adiestrados en el manejo de armas y se les advierte que si no aceptan ser sicarios serán asesinados.

Ante esa situación, fuentes oficiales revelaron que el gobierno mexicano proyecta emitir una alerta a países de Centro y Sudamérica para que informen a sus connacionales sobre el riesgo que implica emigrar a Estados Unidos vía el Golfo México.

Intercambio de datos de las autoridades centroamericanas con la Secretaría de la Defensa Nacional en México establece que Los Zetas tienen controlada la zona fronteriza entre Guatemala, El Salvador y Honduras.