Moscú, 5 de septiembre. En el enésimo atentado suicida –recurso que utilizan con profusión los grupos islamitas radicales en el Cáucaso del Norte–, un hombre estampó este domingo el coche bomba que conducía contra un camión militar en la entrada al polígono Dalni, sede de la 136 Brigada Motorizada del ejército ruso, cerca de Buinansk, Daguestán.

Por el ataque, cinco soldados murieron y al menos 39 resultaron heridos; cinco están muy delicados, según las autoridades de Daguestán. El Ministerio de Defensa de Rusia señala que son tres muertos y 33 heridos.

El vocero de la dependencia, el coronel Aleksei Kuztensov, también confirmó esta noche el envío desde Moscú de un avión con equipos médicos, para trasladar a los heridos más graves al hospital militar de la ciudad de Rostov.

El presidente Dimitri Medvediev ordenó que se preste toda la asistencia necesaria a los heridos y a los deudos; en tanto el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, viajó con ese encargo a Majachkalá, capital de Daguestán.

Un día antes, en esa misma ciudad, el ministro de Asuntos Religiosos de Daguestán, Bekmurza Bekmurzayev, sufrió un atentado. La bomba que explotó en su auto mató al chofer e hirió al funcionario y a un guardaespaldas.

Ola de violencia

Ante el incremento de los ataques de la guerrilla separatista y de los islamitas radicales, Aleksandr Galkin, comandante de la región militar del Cáucaso, anunció que se reforzará la vigilancia en las unidades militares y en instalaciones civiles de importancia estratégica en Daguestán y las restantes repúblicas de la zona.

Hace poco, Aleksandr Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad reportó que las fuerzas federales mataron en agosto a más de 30 combatientes islamitas, entre ellos Magomedali Vagabov, a quien atribuían una participación decisiva en los atentados en el Metro de Moscú en marzo, como presunto responsable de reclutar y preparar a las atacantes suicidas.

En respuesta, hace sólo una semana, 30 guerrilleros entraron de madrugada a tiro limpio en el poblado de Tsentoroi, donde nació el presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, cuando éste se encontraba pernoctando ahí.

Tras disparar contra las viviendas y quemar algunas, los atacantes se retiraron antes de que llegaran los refuerzos pedidos por la guardia personal de Kadyrov, quien salió ileso.

Cada parte ofreció su versión triunfalista de lo sucedido por lo que no se sabe el número de bajas que sufrieron en realidad, más allá de que las agencias mencionaron que en las calles de Tsentoroi quedaron tendidos 24 cuerpos.