Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, y siete de sus cómplices permanecerán bajo arraigo durante 40 días, tiempo para que la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) integre la averiguación previa en su contra, y en el caso del capo, tome una decisión definitiva acerca de si será entregado a autoridades de Estados Unidos.

Tras negarse a declarar ante el Ministerio Público del Distrito Federal sobre la agresión que realizó en enero pasado José Jorge Balderas Garza, El JJ, contra el jugador de futbol Salvador Cabañas, La Barbie fue sacado en helicóptero de la SIEDO y trasladado al Centro de Mando de la Policía Federal, en la delegación Iztapalapa, donde cumplirá su arraigo.

El traslado del narcotraficante de origen estadunidense provocó que la Policía Federal aumentara la seguridad en torno a la estación de policía, por lo que un vehículo blindado resguarda el acceso principal y decenas de agentes realizan rondines diametrales.

En el Centro de Mando, Valdez Villarreal fue ubicado en un área especial de detención, en la que existe vigilancia de un agente del Ministerio Público Federal.

La Procuraduría General de la República (PGR) anunció el arraigo de Valdez Villarreal, Mauricio López Reyes, Juan Antonio López Reyes, Arturo Iván Arroyo Salas, Carmela Fernández Triana, Marisela Reyes Lozada, Maritzel López Reyes y Jorge Valentino Landa Coronado, al filo de las 3:00 horas del sábado.

La información del traslado fue dada a conocer luego de que el ex integrante del cártel de los Beltrán Leyva arribó al Centro de Mando de la Policía Federal, y sus cómplices fueron llevados en medio de un fuerte operativo de seguridad al llamado centro de investigaciones, que se localiza en la colonia Doctores, en la ciudad de México.

La PGR indicó que la investigación que realiza es por la presunta responsabilidad en la comisión de delincuencia organizada, delitos contra la salud, portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y lo que resulte, ya que el día en que fueron detenidos en un chalet que se ubica en el poblado de Salazar, municipio de Lerma, en el estado de México, se les aseguraron armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas, droga y aparatos de comunicación telefónica.

Valdez Villarreal fue identificado por la PGR como uno de los hombres claves del narcotráfico en México de la organización Beltrán Leyva, y en la disputa por el control de la misma.