JK Rowling ha llegado a los 45 años, la misma edad de su madre cuando sucumbió a los estragos de la esclerosis múltiple. El fallecimiento prematuro de Anne Rowling, en 1990 –cinco años antes de que su hija diera al mundo a Harry Potter– ha tenido un profundo y duradero efecto en la escritora, desde entonces ardiente defensora de quienes sufren esa enfermedad degenerativa.

Ahora la creadora del joven brujo de los anteojos, uno de los fenómenos fílmicos y publicitarios más lucrativos de los tiempos modernos, ha puesto su considerable fortuna detrás de la misión de hallar una cura para la enfermedad.

El martes pasado se anunció que la escritora ha donado 10 millones de libras (15.4 millones de dólares) para construir una nueva clínica, en la cual espera que un día se develen los misterios de la esclerosis múltiple. Además de investigar las causas y tratamientos y ayudar a los médicos a retardar y a la larga revertir los síntomas de ese mal, el nuevo centro de la Universidad de Edimburgo –que llevará el nombre de la madre de Rowling– tiene la encomienda de ser líder mundial en la investigación de otros trastornos neurológicos hoy incurables, como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de las neuronas motoras.

La donación, una de las más generosas que Rowling ha realizado a la fecha y la mayor jamás recibida por la Universidad de Edimburgo, viene un año después de que la escritora renunció al patrocinio que desde hacía largo tiempo otorgaba a la Sociedad Escocesa de Esclerosis Múltiple, a raíz de una amarga disputa entre esa agrupación filantrópica y su matriz en Londres en torno a planes de reorganización.

Sin embargo, Rowling ha continuado apoyando esfuerzos por combatir la enfermedad. Criticó al Consorcio Escocés de Medicinas cuando desaconsejó prescribir el fármaco Tysabri por razones de costo, y dio sustancial apoyo económico a una nueva unidad de investigación, también de la Universidad de Edimburgo, en 2007.

Clasificada en el número 17 entre las personas más ricas de Escocia, con una fortuna estimada en 519 millones de libras (casi 800 millones de dólares), las novelista señaló que la ciudad donde reside ya ha atraído a algunos de los mejores médicos e investigadores en el campo de la neurodegeneración, y que la nueva clínica pondrá a los pacientes en el centro de cualquier avance una vez que sea completada, el año próximo. La Clínica Anne Rowling de Neurología Regenerativa se alojará en un edificio construido para ese fin, junto a la Real Enfermería de la ciudad.

Durante muchos años he apoyado la investigación sobre la causa y tratamiento de la esclerosis múltiple, pero cuando vi la propuesta de esta clínica supe que había encontrado un proyecto más emocionante e innovador y, creo, con más probabilidades de éxito para develar los misterios de esta enfermedad que cualquier otro que haya conocido o para el que me hayan solicitado una contribución económica, señaló la escritora.

Anne Rowling tenía 34 años cuando comenzó a sufrir de piquetes en el brazo, y al año siguiente se le diagnosticó esclerosis múltiple. Cinco años más tarde se vio confinada a una silla de ruedas.

Al principio la vida era igual que siempre, quizá demasiado igual. Mi madre hacía muy pocas concesiones a la enfermedad, si es que alguna, dijo la autora, quien añadió que lloraba cada vez que escribía sobre ella. La última vez que la vi fue poco antes de la Navidad de 1990. Estaba sumamente delgada y parecía exhausta. No sé por qué no me di cuenta de lo enferma que estaba.

La esclerosis múltiple afecta a unas 100 mil personas en Gran Bretaña, y Escocia tiene una de las tasas más altas de pacientes. Los médicos saben que el trastorno provoca la descomposición de la mielina, capa protectora que rodea las neuronas del cerebro, lo cual conduce a síntomas como embotamiento, fatiga y debilidad. Sin embargo, la causa exacta aún no se entiende.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya