Si la finalidad era no perder ritmo y mantener el ánimo por las nubes con un festín de goles, este se cumplió con creces porque Pumas se despachó al son de 8-1 en el partido de ensayo realizado sin público contra sus filiales Sub-17 y Sub-20, ayer en CU.

Así lo reconoció el argentino Martín Bravo: “Sirve porque hicimos 90 minutos de futbol, es útil para moverse y motivarse un poco porque hicimos bastantes goles.

Se jugó bien, pero obviamente hubiese sido mejor un equipo del torneo. Sin embargo, alineamos con los chicos de fuerzas básicas y aún así uno siempre trata de dar el máximo.

Bravo, autor de dos tantos, admitió que los juveniles no se aplican a fondo: “vienen con miedo, con temor de no meter el pie o de jugar tan fuerte, pero las cosas sirven y entregarse y moverse es importante.

Fue un entrenamiento bueno, el rival tampoco es un parámetro como para medirse y sacar muchas conclusiones. Como dije, sirve para sumar minutos y tener actividad... A lo mejor un adversario más duro te sirve mejor, pero igual estuvo bien.

En su turno, Juan Carlos Cacho destacó los movimientos que alistó el timonel Guillermo Vázquez, aunque también resultó un poco confuso para ellos porque la grama del estadio Olímpico Universitario estaba preparada para jugar futbol americano, sin el círculo central ni las áreas chica y grande de ambas porterías.

No obstante, Cacho sostuvo que el juego fue provechoso y aunque se fallaron opciones de gol ya estamos mejorando tanto a la ofensiva como en la defensa.

El ex tuzo anotó otro par de anotaciones, mientras Leandro Augusto, Óscar Rojas, Javier Cortés y Dante López redondearon la faena.