Integración/ Desintegración/ Integración/ Desintegración/ Integr...

Canta con voz de anhelo el poeta Robert Smith: Miro con tal denuedo tus retratos/ que estoy a punto de creer que estás en ellos/ he vivido tanto tiempo con tus fotos/ que de pronto parece que son todo lo que siento... añoranza.

El círculo Desintegración/Integración palpita nuevamente: al cumplir medio siglo de vida, el señor Robert James Smith se sentó ante su escritorio, hizo anotaciones en su libreta y saltó al estudio de grabación. El resultado es un regalo digno de un cumpleaños: un disco triple del –la frase de los clásicos encaja como anillo al dedo:– grupo de culto The Cure: Desintegration, recién llegado a los estantes mexicanos de novedades discográficas.

Las cavilaciones del fundador y jefe de The Cure, las notas en su libreta y sus trajines en la consola de sonido obedecieron a ese impulso vital que anima los cierres de ciclos e inicio de nuevos vuelos: decidió poner a revisión/ reflexión una de sus obras maestras, el álbum que grabó en 1988, Desintegration, pero no solamente para realizar una mera remasterización digital, sino que coronó un trabajo de refundación colosal.

Así, el primer de este trío de cds contiene la versión remasterizada de aquel clásico entre los clásicos, que para algunos es el disco que trae Fascination Street, Pictures of you (fragmento cuya versión libérrima aparece en el segundo párrafo de este texto disqueril), Lovesong y Lullaby, pero para los más se trata de una secuencia magnífica de atmósferas sonoras, nuances poéticas, paisajes existenciales, el sonido del spleen, ecos de la Sonata de Vinteuil y todas esas exquisiteces muy del elevado gusto musical de Dalis.

Como una mariposa, el pálpito del ciclo Desintegración/Integración se vuelca en vuelo: suena la pieza The same deep water as you como efluvio cósmico, un punteo subliminal en guitarra puenteada con chasquidos de tambores como gotas gruesas de lluvia que estallan contra el pavimento.

Integración/Desintegración: era 1988 cuando el grupo de culto The Cure estaba en dolores preparto: un buen número de esbozos, bosquejos, amplios pasajes instrumentales ya estaban listos. El trabajo de prosodia del poeta Robert Smith yacía en el buró de su cama de hotel mientras escaleras abajo cenaban los quiurs (dícese de los integrantes del grupo de culto The Cure, jeje). Un corto circuito se hizo incendio. Solamente el autor sabía en qué lugar de su habitación oscurecida por el humo estaban sus preciados textos.

El poeta se abalanzaba sobre la puerta de su cuarto mientras los administradores de su éxito comercial lo contenían. Como el equipo de rescate profesional tardaba, los quiurs formaron cadena humana, sus testas enfundadas en toallas mojadas, hasta que el escribano retornó de entre cenizas con sus preciados textos temblando sobre su pecho, bajo sus tiznadas manos.

Desintegración/Integración.

Canta el poeta Robert Smith con su voz de anhelo: Doquiera que me encuentre a solas contigo/ me haces sentir que estamos siempre en nosotros/ tú me haces sentir que estoy completo.

Lo primero que dijo el señor Robert James Smith cuando salió de su habitación en llamas cargando en brazos los textos de Desintegration, fue: lo logramos. Yo no quería que hiciéramos un disco instrumental.

Ahora que integra Desintegración en un disco triple, el segundo de ellos es precisamente instrumental y es irresistible desde su nombre: Rarities. Consiste en compilación/cernido de los cortes que ya habían grabado antes de la noche en que salieron volando, entre sus brazos, los textos cuyo destino no era cenizas sino el acto solemne de poner a sonar estos discos y platicar con Dalis con la misma intensidad de siempre y con mayor amor aún. Desintegration/Integration.

El tercero de los discos que conforman este flamante álbum de los quiurs es una recomposición expandida del viejo Entreat, grabado en vivo en 1988 en el legendario Estadio Wembley. A los ocho tracks originales se añaden otros cuatro, con piezas que estaban extraviadas, hoy rescatadas. Integración.

La escucha prolongada de estos discos provee del status anímico que alude Robert Smith en Pictures of you: una capacidad de evocación entreverada de sonidos oscuros cuyo brillo prolongado otorgan finalmente su condición de realidad: luz, más luz.

Porque Dalis y yo estamos ciertos de que la música de The Cure no es los bordes, los límites que ponen muchos: no es la melancolía, no es la oscuridad. Es luz entreverada.

Es una música que todavía está por comprenderse.

Al igual que está por comprenderse la certeza de que, como canta sin palabras Robert Smith, es decir cuando su gesto espiritual apunta a ello: todo es insatisfactorio, insustancial e impermanente.