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Cuarto Informe
Toma de nota ya, exigen electricistas en las cercanías de Palacio Nacional
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Integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas realizaron protesta en calles aledañas a Palacio Nacional, mientras el presidente Felipe Calderón emitía su mensaje por el cuarto Informe de gobiernoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de septiembre de 2010, p. 5

Es patético que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, diga que en México hay un paraíso laboral cuando él se ha encargado de enviar al desempleo a miles de trabajadores, de acabar con contratos colectivos y de violentar derechos como la autonomía sindical, aseguraron ayer dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) durante la movilización que realizó esa organización fuera de Palacio Nacional, cuando el presidente Felipe Calderón emitía un mensaje por el cuarto Informe de gobierno.

Más de 4 mil electricistas prácticamente cercaron las calles aledañas a Palacio Nacional y realizaron un mitin que comenzó cerca de las nueve de la mañana y duró más de cinco horas.

Durante el desarrollo de la protesta hubo fricciones y empujones entre los trabajadores y unos 750 elementos de las policías capitalina y federal, así como del Estado Mayor Presidencial, que fueron desplegados para impedir que los electricistas se acercaran al Zócalo de la ciudad de México.

El secretario Lozano se va a cansar de desahuciarnos, porque por más que quiera vernos muertos el movimiento del SME sigue más vivo que nunca. Le salieron mal los pronósticos, porque son más de 16 mil 300 trabajadores en resistencia que no se van a liquidar y no nos vamos a cansar, señaló Martín Esparza, líder del sindicato, durante el mitin-plantón que improvisaron sobre la avenida 20 de Noviembre.

Con mantas, consignas y arengas, los trabajadores mostraron su enojo contra el Presidente y el secretario del Trabajo. Exigieron que el secretario de Gobernación, José Francisco Blake, cumpla los compromisos que hizo el gobierno federal con el SME para que se levantara la huelga de hambre, y pidieron que se resuelva de inmediato la propuesta que presentaron en la mesa de negociación para resolver el conflicto.

Apostados en dos contingentes: uno casi frente a la Catedral Metropolitana y otro, más numeroso, sobre la avenida 20 de Noviembre, portaban una gran manta en la que exigían: Toma de nota, ya, y decían a los policías: No me apuntes, no somos delincuentes; esos ya están dentro del Palacio Nacional. También gritaron ¡Muera el mal gobierno!

Antes de Esparza, tomó la palabra el secretario del interior del SME, Humberto Montes de Oca, quien dijo que a 40 días de negociaciones en la Secretaría de Gobernación no hay avances; El gobierno está jugando un doble juego, en el que hay un policía bueno, que es José Francisco Blake, y uno malo, que es Javier Lozano, pero no hay resultados definitivos para solucionar el conflicto.

Esparza comentó algunos de los datos que ofreció Calderón; señaló que cuando el Presidente dijo que con la extinción de Luz y Fuerza del Centro se ahorraron 50 mil millones de pesos, el mensaje no es para el SME, sino para los usuarios, porque esa cifra es el subsidio que se ha retirado a los consumidores domésticos, comercios y empresas. Porque el costo de la luz se ha incrementado ciento por ciento o más.

Fernando Amezcua, secretario del exterior del SME, llamó a los trabajadores a organizar a todos los sectores de la población descontentos por el arbitrario y soterrado incremento al servicio de energía eléctrica.

Al final del mensaje presidencial, que en pancartas rebautizaron como 4º Informe de mentiras, los electricistas que estaban cerca de la Catedral intentaron brincar las vallas colocadas alrededor, pero los agentes policiacos lo impidieron.

Ante la insistencia de las protestas, y con el propósito de evitar algún acto de provocación que pusiera en riesgo la seguridad de los invitados, los cuerpos de seguridad pública optaron por sacarlos por otra puerta que conduce a la calle República de Guatemala.

Por ahí, detrás de la Catedral, salió la mayoría de invitados. Uno de los primeros en abandonar Palacio Nacional fue el empresario Carlos Slim, custodiado por varios guardaespaldas. Sin embargo, en un momento el magnate mexicano tuvo que acelerar el paso porque un grupo de electricistas se aproximaron a él y le gritaron consignas a un metro de distancia.

En tanto, un grupo de mujeres levantó una manta en la que se leía: Tienes al país ensangrentado. Calderón renuncia.