Representante de la nueva generación de la marcha mexicana, Éder Sánchez se encamina a ser el mejor exponente del mundo por segunda vez, en la final de la Challenger de Pekín, el 17 de este mes, adonde llega como uno de los favoritos.

El campeón centroamericano y séptimo en la clasificación del serial avalado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), aseguró estar motivado por el logro conseguido en Mayagüez, con la medalla de oro y récord del certamen en la prueba de 20 kilómetros, para afrontar el compromiso que ganó hace un año en un circuito europeo.

Aunque la competencia será de 10 kilómetros y aspiramos a caminar entre los 38 minutos, el andarín mexiquense desea cerrar la temporada con otro triunfo para el país en el mes patrio, que es tan significativo para todos, máxime ahora con el bicentenario de la Independencia.

Sánchez viaja la semana entrante a China acompañado de Víctor, su padre, entrenador y fisiatra, y el 18 estará compitiendo, por lo que aseguró llegar bien preparado para estar en la pelea del Gran Premio de la Challenger, que repartirá una bolsa de 200 mil dólares.

El joven marchista acumuló puntos con las medallas que obtuvo en los challenger de Portugal, Chihuahua y Polonia, que lo colocan en el séptimo sitio del listado de la IAAF, en el que destacan dos representantes de China, un noruego y un eslovaco, así como el campeón olímpico australiano Jared Tallent y el colombiano Luis López, mejor posicionados que el mexicano, tras los recientes casos de dopaje que se han dado en esta especialidad, en la que rusos y asiáticos están en la mira de la Agencia Mundial.

Ayer, el marchista interrumpió su entrenamiento en las faldas del Popocatépetl para asistir al cuarto informe de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, en Palacio Nacional, a la que fue invitado como deportista y por ser sargento segundo de transmisiones en el Ejército Mexicano.