Representantes de plataformas y redes juveniles de América Latina y Europa asistentes a la Conferencia Mundial de Juventud (CMJ) 2010 calificaron como lamentable e injustificable que el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), que encabeza Priscila Vera, no haya salido a defender su propia conferencia de las descalificaciones, e incluso agresiones, de grupos conservadores.

En entrevista, Isacc Fernández, representante del Espacio Iberoamericano de Juventud; y Ana María Almario, del Foro Latinoamericano de Juventud, aseguraron que tras las protestas de grupos ultracatólicos durante los cinco días que duró el encuentro se generó una falsa polémica y una nube de humo que intentó obstaculizar un debate democrático y la aprobación de una declaratoria progresista que por primera vez en la historia de estos encuentros representan una auténtica voz de los jóvenes.

En tanto, organizaciones de mujeres y jóvenes criticaron la omisión de los derechos sexuales y reproductivos en la Declaratoria del Foro de Gobiernos de la CMJ, y aseguraron que esta supresión responde a la intromisión de la derecha y los grupos más conservadores del país en dicha cumbre, así como a indiferencia del gobierno federal hacia el sector joven de la población.

Fernández apuntó que el proceso de selección de los delegados asistentes y de la organización del foro social, donde participaron 208 delegados de poco más de 150 países, llevó más de un año de trabajo, que incluyó una convocatoria abierta a todas las organizaciones y redes juveniles que quisieran participar; luego iniciaba una fase de selección y después de aprobación de las candidaturas, para seleccionar a dos organizaciones, con representación de base, por país.

Ana María Almario agregó que los integrantes del comité organizador del foro social representan a plataformas y redes de todo el mundo, que incluyen organizaciones de todas las corrientes y posiciones. Desde las más progresistas hasta las más conservadoras. De hecho, uno de los éxitos de este encuentro es que logramos dialogar a pesar de nuestras diferencias. Por eso nos lastima que existiera mucho ruido fuera del Foro Social, y esto opacara un acuerdo que será divulgado a nivel global por todas las organizaciones asistentes.

Muchos delegados vinimos a México, indicó Fernández, con la ilusión de llegar a una encuentro mundial donde se tendrían todas las condiciones para escuchar todos los puntos de vista. Y lo logramos, pero no fue en el mejor de los contextos. Desde la elección de la sede del encuentro pensamos que no sería fácil.

Destacó que como integrantes del comité organizador se acordó crear una delegación de 10 representantes, quienes presentamos nuestra queja ante el Imjuve y demandamos que se emitiera un pronunciamiento para deslindar de cualquier sospecha de antidemocracia o falta de transparencia al trabajo realizado por el Foro Social. No obstante, tras concluir el encuentro, que se realizó del 23 al 27 de agosto en León, Guanajuato, no se ha difundido ninguna postura oficial del Imjuve.

En entrevista por separado, Minerva Santamaría, de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir, sostuvo que la omisión en la declaratoria final de los derechos sexuales y reproductivos refleja la falta de reconocimiento del gobierno hacia los y las jóvenes como sujetos de autoridad moral de tomar decisiones sobre su cuerpo y su sexualidad.

Gabriela García, de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México (Ddser), y observadora en el Foro Social, denunció actos de hostigamientos por parte de grupos conservadores, agresiones en las pláticas, robo de papelería, e incluso, enfatizó, en un estand se echaron excrementos.

Según la activista, este encuentro internacional fue una conferencia del gobierno federal y no de Naciones Unidas, donde sobresalió la falta de transparencia y democracia, y donde los jóvenes no sólo no fuimos tomados en cuenta, sino que fuimos perseguidos y criminalizados.