Sin modificaciones en la propuesta original y con el respaldo de casi todos los partidos políticos –el PRI estuvo ausente–, el Consejo General del Instituto Federal Electoral aprobó la propuesta presupuestal para 2011 que enviarán a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que a su vez la turnará al Congreso. Con ello, se pretende que el organismo ejerza un gasto de 7 mil 163.4 millones de pesos y los partidos políticos reciban un monto de 3 mil 335 millones de pesos.

En los pasados cinco años la Cámara de Diputados ha recortado consistentemente todas las propuestas que le ha remitido el IFE, al punto que en 2007 derivó en una frustrada controversia constitucional promovida por el organismo.

En principio, todos los partidos consideraron que la propuesta es sensata, pero que es necesario comunicar mejor las razones del monto porque, acotó el panista Agustín Castilla, la sociedad tiene la percepción que la democracia mexicana es muy cara.

Al justificar la propuesta, el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés la calificó de responsable, en función de las tareas institucionales para 2011, que incluyen el arranque del proceso electoral de 2012. Valdés subrayó que el presupuesto base –de 5 mil 406.9 millones de pesos– prácticamente será idéntico al de 2010, cuando se ejerció, dijo, uno de los presupuestos más bajos de su historia en el contexto de la crisis económica.

El consejero presidente también destacó la importancia de la canalización de mil 756.5 millones de pesos destinados a diversos proyectos, en su mayoría relacionados con la organización electoral (voto de los mexicanos en el extranjero y actualización del padrón, entre otros) y con la modernización administrativa del órgano.

Posteriormente, en conferencia, sostuvo que la austeridad que se le reclama al IFE no puede ir en detrimento de la calidad en la organización electoral, lo que ha quedado acreditado en los pasados comicios. Según Valdés, el IFE ha mostrado capacidad para administrar contiendas muy competidas y citó que en 2009 se pudo revertir la tendencia creciente del abstencionismo en elecciones intermedias.

El consejero Alfredo Figueroa, presidente de la comisión especial que trabajó la elaboración de la propuesta, dijo en la sesión que la solicitud de cerca de 10 mil 500 millones de pesos, debe valorarse en función de las tareas cíclicas de la institución. En 2011 se realizarán buena parte de las acciones sustantivas del año electoral (octubre 2011 a septiembre 2012), por lo que no es dable compararlo con el gasto de 2010.

Para el consejero, Benito Nacif es necesario reconocer que hay una percepción social de que la democracia mexicana es cara y que ello se traduce en una demanda de una operación de mayor eficiencia y racionalidad en el gasto del IFE. Sin embargo, dijo que el presupuesto del organismo representa sólo 0.21 del producto interno bruto, lo cual refleja correctamente su dimensión aun cuando en esta ocasión la propuesta involucra las tareas previas de organización de los comicios y se absorben las nuevas funciones que tiene el IFE derivado de la reforma electoral.

El proyecto de presupuesto tuvo consenso entre los representantes partidistas, que no cuestionaron los montos asignados al IFE.

No obstante, el panista Castilla dijo que tenemos un problema serio de comunicación porque la percepción negativa de la ciudadanía se mantiene y se concibe que tenemos una democracia cara, de ahí la necesidad de comunicar mejor las obligaciones y retos del IFE. Reconoció la necesidad de que el Congreso revise en el futuro los montos de las prerrogativas de los partidos.

El perredista Rafael Hernández llamó al Congreso a apuntalar presupuestalmente la función de estado que realiza el IFE, particularmente en un contexto en el que la violencia se ha extendido en todo el país. Para el Estado mexicano es estratégico que mantenga abierta la vía de la expresión electoral para decidir el futuro de todos, de ahí la necesidad de fortalecer presupuestalmente al IFE.