De tres bandas que tocaron, sólo Smashing Pumpkins logró levantar un poco los ánimos
Sábado 28 de agosto de 2010, p. 9
El concierto World Stage México, que el jueves pasado reunió en el Auditorio Nacional a las bandas estadunidenses Smashing Pumpkins y Thirty Seconds to Mars, además de los mexicanos de Zoé, no cumplió con las expectativas, al no pasar el punto medio de lo que debe ser un concierto de rock.
Incluso, por momentos el público se mostró aburrido y en todos los estamentos del inmueble había enormes huecos, lo que se puede cubrir con una buena edición en la transmisión que posteriormente hará el canal de videos MTV, organizadora del concierto.
El concierto lo condujo Gabo, uno de los rostros de MTV, quien recomendó a los 10 mil asistentes péinense y píntense porque van a ser grabados; recuerden que no se vale hacer señas así y así
, dijo pintando dedo
y haciendo caracoles. Posteriormente, salió a escena Smashing Pumpkins que con su potente y fina música sólo por momentos logró inclinar al público en su favor, haciéndolos levantar el puño, aplaudir y corear.
En 90 minutos de actuación los Smashing interpretaron 16 canciones de las cuales sobresalieron Astral Planes, A Song for a Son, My love is Winter, Perfect, That’s the Way my Love is y Tarantula.
Diálogo y lucha
El esfuerzo musical del vocalista Billy Corgan fue recompensado cuando entabló un diálogo metafísico con el público y en español dijo: Ustedes siempre serán amigos
, se sintió un ambiente óptimo, pero fue opacado cuando, en el encore tres luchadores estadunidenses irrumpieron para tratar de correrlo. Entonces, La Parca, El Cibernético y Rey Misterio salieron en su defensa y echaron a los rijosos, lo que menguó el ánimo del público por la carencia de buena producción en este acto.
Luego de 30 minutos tocó el turno a los mexicanos de Zoé. Para entonces había ya huecos en la parte superior del Auditorio Nacional. Zoé presentó una lista de canciones con lo más granado de sus éxitos –No hay dolor, Vía Láctea, Nada, Dead y No me destruyas, entre otras– con lo que llevó al éxtasis a sus fanáticos, aunque no pudo aglutinar a todos, por la diversidad de grupos programada.
La agrupación se despidió con Love, éxito musical, y a pesar de que la gritería pidió que salieran otra vez, no fue posible.
Para concluir, tocó el turno a Thirty Seconds to Mars, que entonó varios de sus éxitos pero el Auditorio Nacional ya estaba semivacío.