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Cuestan unos 7 mil pesos cada una; facilitarán el trabajo legislativo, explica el coordinador

Rojas regala iPads a 236 diputados priístas; nos adelantamos al Congreso virtual, dice
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El nuevo dispositivo también salió a la venta en BruselasFoto Foto Reuters
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Periódico La Jornada
Jueves 26 de agosto de 2010, p. 8

Ixtapan de la Sal, Méx., 25 de agosto. El coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas Gutiérrez, regaló a los otros 236 integrantes de la bancada una iPad de 16 GB, con un costo aproximado de 7 mil pesos cada una, que ya incluye una aplicación para consultar la Gaceta Parlamentaria y en el icono de iBooks tiene precargados la Constitución, las leyes federales y el marco legal del Congreso de la Unión.

Con este regalo, Rojas –quien en diciembre ya había obsequiado 236 Blackberrys– reconoció que los priístas en la Cámara de Diputados se adelantan a la iniciativa que está en comisiones para constituir el llamado e-Congreso o Congreso virtual, con el que el PRI pretende que los legisladores puedan votar reformas desde cualquier lugar donde se encuentren, aun fuera de la sede de San Lázaro.

Rojas justificó la compra con el argumento de que se trata de una herramienta de trabajo y que los diputados que no la tengan se volverán analfabetas funcionales. Sostuvo que los legisladores tienen que actualizarse, así como cuando comenzaron a utilizar los teléfonos celulares. La iPad, dijo, es el nuevo instrumento de trabajo.

El reparto de los gadgets se hizo abiertamente en la mesa de registro de los diputados, quienes recibían el aparato luego de firmar una papeleta de acuse con su nombre y entidad federativa. Pegada en cada cada una había una tarjeta con los atentos saludos de Francisco Rojas Gutiérrez.

En entrevista, el diputado sonorense Ernesto de Lucas explicó que él ya diseñó una aplicación que hará posible la primera legislatura sin papel.

El equipo de Rojas Gutiérrez se alarmó cuando se descubrió la entrega del regalo, porque cuando los primeros diputados lo recibieron otros dejaron las plenarias y se arremolinaron en torno a la mesa.

Las cajas, que tenían adosada una cinta en la que se leía entrega urgente, fueron trasladadas de un salón del hotel Ixtapan, donde se realiza la plenaria, al gimnasio. En un salón adjunto a éste se desarrollaba la mesa económica de los priístas.

En un receso, el diputado Roberto Albores Gleason –coautor de la iniciativa para que puedan votarse leyes y reformas incluso por celular, y promotor de la compra de los dispositivos móviles– salió a recoger su iPad. Un fotógrafo captó cuando firmaba la papeleta, pero un auxiliar lo alertó: ¡Suspenda, diputado. Suspenda!, y lo metió al salón.

A su vez, Luis Videgaray, presidente de la Comisión de Presupuesto, defendió la necesidad de que los priístas cuenten con una herramienta que les facilite su trabajo y, además, permita un ahorro de consumo de papel, al poder revisar la Gaceta Parlamentaria en línea, e incrementar su productividad.

Sin embargo, acotó que él declinó el regalo de Rojas. Yo compré la mía y no la necesito. No requiero dos, expresó. Fue el único diputado que públicamente dijo haber devuelto la iPad, que se compró con recursos de la fracción parlamentaria.

Literalmente, los priístas gozaron su tableta como niños con juguete nuevo. La mayoría abrió su caja en plena sesión, y De Lucas y el morelense Francisco Moreno Merino hasta posaron con sus iPads.

Los mexiquenses Ignacio Pichardo y Rodrigo Reina explicaron que la aplicación para leer documentos en hoja completa les permitirá estudiar y revisar las iniciativas, pero resaltaron el ahorro en papel. “Sí se justifican los 400 dólares que cuesta la iPad”, dijo Pichardo.

Mientras Rojas terminaba un recorrido por las mesas de trabajo, Ernesto de Lucas se le acercó. “Gracias por la iPad, coordinador”, le dijo; luego le comentó una iniciativa para la legislatura sin papel. Rojas le pidió explicar a los reporteros el beneficio de evitar la impresión de documentos.

Diputados, ayudantes y secretarias se paseaban por el hotel con las cajas. Ricardo López Pescador, que caminaba a su habitación con la caja bajo el brazo, y al que se le preguntó si le había gustado su iPad, dijo: No sé ni qué es.