Bagdad, 25 de agosto. Irak se vio hoy sacudido por una serie de atentados suicidas y con explosivos que cobraron la vida de 64 personas en todo el país y dejaron 250 lesionados, a unos días del término formal de las operaciones de combate de Estados Unidos en Irak.

Los ataques con bombas causaron heridas a más de 250 personas, lo que evidenció la fragilidad de la seguridad iraquí junto a la incertidumbre sobre su situación política más de cinco meses después de una elección que no arrojó ganadores y que ha dificultado la formación de un nuevo gobierno.

La ofensiva de la resistencia fue lanzada un día después de que el ejército estadunidense en Irak redujo sus tropas a menos de 50 mil soldados, mientras el presidente Barack Obama enfrenta el cansancio público por una guerra lanzada hace siete años y medio por su predecesor.

El primer ministro de Irak, Nuri Maliki, culpó a islamitas sunitas de Al Qaeda y al proscrito partido Baaz, que dirigió Saddam Hussein, y advirtió de otros atentados mientras los soldados estadunidenses terminan su misión de combate, el 31 de agosto, antes de una retirada total el próximo año.

El vocero militar estadunidense, general Stephen Lanza, definió los ataques como intentos desesperados por minar la fe en las fuerzas de seguridad iraquíes y un signo de que Al Qaeda trata de restablecerse luego de haber sufrido muchos golpes.

La extensión geográfica de los ataques a las fuerzas de seguridad mostró que, pese a estar debilitada, la insurgencia mantiene la capacidad de organizar y llevar a cabo una arremetida nacional.

En Kut, 150 kilómetros al sudeste de Bagdad, un suicida en un coche bomba provocó la muerte de 30 policías y heridas a otras 87 personas al destruir una estación policial.

En Bagdad, un suicida que conducía un camión con explosivos causó el deceso de al menos 15 personas y heridas a otras 56 al atacar otra estación policial, dijeron fuentes policiales y del Ministerio del Interior.

Por otra parte, un carro bomba cerca de una estación policial en la ciudad santa chiíta de Kerbala, al sudoeste de Bagdad, y un minibus cargado de explosivos cerca de otra agencia en el sureño centro petrolero de Basora, dejaron más de 40 heridos.

La policía contabilizó más de 20 explosiones en diez ciudades en el transcurso de unas horas.