Hoy día, la sociedad contemporánea global es víctima de la dictadura de los valores económicos, utilitaristas, instrumentales, que han avasallado o absorbido todos los demás valores, incluso a los bienes de la tecnología, que están al servicio del mercado y del poder económico. Así como en otros tiempos la esfera de los valores religiosos absorbió el todo, ahora lo hace la de los intereses económicos, expresó la filósofa Juliana González, cuya conferencia magistral inauguró el coloquio Valores para la sociedad contemporánea: ¿en qué pueden creer los que no creen?

De acuerdo con la especialista, tal ha sido la crisis y el desplome de los valores en la sociedad contemporánea: han resquebrajado el monumental edificio de la cultura occidental, por lo que se requiere, de manera literal, actualizar el valor de los propios valores y la manera de valorarlos.

Estamos en un punto, alertó la investigadora, en el que se han cimbrado los cimientos de la cultura y la tradición occidental. Hoy más que nunca parecería que los valores carecen de valor; hoy más que nunca se aprecia que el sueño de la razón produce monstruos.

En su amplia reflexión, la especialista destacó que existe una crisis de la metafísica y del racionalismo, así como de todo idealismo.

Destacó, con referencia a la religión cristiana y católica, que “ha generado un progresivo eclipse de los valores éticos, sociales, científicos, políticos y estéticos, incluso. Tienden a dominar algo más grave que el subjetivismo, tienden a dominar la banalidad.

La valoración esencial a la condición humana se va disolviendo en literal indiferencia, apuntó. Parecería que sólo las iglesias poseen los valores morales, como si fueran de su exclusiva propiedad, como si no estuvieran caracterizados por su obsolescencia.

De igual manera, existe la dictadura de una clase de valores: los económicos, utilitaristas, instrumentales que han avasallado o absorbido todos los demás valores.

Se requiere, explicó, “de una nueva refundamentación laica, humanística, que pueda dar razón de otra forma de concebir la diversidad y la universalidad, la persistencia y el cambio de los valores.

Tanto el realismo ingenuo como el ingenuo idealismo antropocéntrico y subjetivista tienen que quedar atrás. Los valores, destacó, surgen de la capacidad humana de interpretar el mundo y de transformarlo. Hoy el dilema es: los valores son valiosos porque los deseo, o los deseo porque son valiosos. Tal planteamiento es una falsa disyuntiva, porque ambas son ciertas.

José María Pérez Gay en el coloquio Valores para la sociedad contemporáneaFoto María Meléndrez Parada

Este lunes también se llevó a cabo la primera mesa de reflexión del coloquio, en torno al tema Raíces de la moral tradicional, en la que los especialistas José María Pérez Gay, Judith Bokser, Alicia Hamui y Héctor Zagal reflexionaron sobre el judaísmo, el cristianismo y el Islam, así como sobre sus respectivas propuestas éticas y morales.

En tanto sistemas religiosos monoteístas, José María Pérez Gay categorizó estos dogmas: Al monoteísmo judío como teología de la protesta, religión de triunfo en la derrota. Al cristianismo, que más tarde desplegó su mensaje apostólico, con contenido de revelación divina universal, única e irrepetible. Y el islam, que recrudeció el universalismo ofensivo, como modo de expansionismo militar y político.

Pérez Gay también habló de los conceptos de revelación, como pasividad vasalla, y al de redentor, cuya “oferta en ejercicio ha sido siempre mayor que la verdadera demanda. Tal discrepancia se debe, en primer lugar, al éxito insignificante de los redentores.

Esta confusión histórica revela sin duda sólo una cosa: ninguno de los redentores cumplió su palabra, ninguno ha regresado; ninguno ha salvado al mundo del mal, ninguno ha mandado una señal confiable de su existencia desde el más allá.

Luego se refirió al islam a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York: es una de las religiones más citadas y menos conocidas.

Pérez Gay detalló que las religiones condensan los verdaderos intereses de las culturas, su modo de entender la vida, el tiempo, presente y futuro. La religión ofrece un sistema de referencias para ubicar al hombre por medio de los ritos y mitos. Hoy día los conflictos en el mundo se van definiendo desde una perspectiva cultural; es decir, del choque entre los pueblos y de culturas a través de su pertenencia a las religiones universales.

“Ahora, la tarea más importante para los europeos –concluyó Pérez Gay– radica en lograr un acuerdo intercultural entre el mundo del islam y del occidente judeo-cristiano.”

En su momento, Bokser se refirió al judaísmo y a la relación interna de sus preceptos entre lo universal y lo particular.

Por su parte, Hamui centró su intervención en el modelo de justicia social que propone el judaísmo, así como en los valores que pueden ser rescatados para hacer frente a los problemas contemporáneos.

Mientras, Zagal se refirió de manera alternada al cristianismo e islamismo.