La mayoría de los vegetales y frutas que se consumen en la ciudad de México están contaminados con fertilizantes nitrogenados, pesticidas o microorganismos patógenos presentes en las aguas negras que se llegan a utilizar para su riego, lo que constituye un grave riesgo para la salud de los capitalinos, aseguró Sergio Palacios Mayorga, investigador del Departamento de Edafología de la UNAM.

El especialista participó ayer en una reunión de trabajo con integrantes de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente de la Asamblea Legislativa, donde se analiza la iniciativa de reformas a la Ley Ambiental del Distrito Federal –propuesta por el Partido Verde–, para definir el uso de fertilizantes nitrogenados en ciertas cantidades para cultivos en esta capital.

Durante su intervención y en entrevista posterior, Palacios Mayorga dijo que en las zonas cultivables de la ciudad de México los agricultores utilizan sin ninguna norma ni restricción cantidades importantes de fertilizantes nitrogenados o pesticidas.

Resaltó que en el caso específico de los fertilizantes, las autoridades federales eliminaron el extensionismo agrícola, proceso por el cual expertos gubernamentales en la materia asesoraban a los agricultores sobre el tipo y cantidad de químicos a utilizar en sus cultivos; pero ahora esa función de asesoría la cumplen los mismos vendedores de los fertilizantes, a quienes más les interesa vender a los campesinos sus productos que atender lo que requiere el sembradío o el medio ambiente.

Esa contaminación con fertilizantes nitrogenados, con pesticidas y con aguas negras que llegan a utilizarse en las zonas cultivables genera sustancias cancerígenas en el organismo humano; en la sangre transforman la hemoglobina en metahemoglobina, con lo que ya no se transporta oxígeno adecuadamente a toda las células. Entonces, sí hay una consecuencia que puede alterar seriamente al organismo, aseguró el investigador.

Por ello recomendó que alimentos como jitomate, chiles frescos, tomate verde, cebolla, cilantro, perejil, verdolagas, lechuga, en fin, todas los que se consumen crudos, se laven con jabón para quitar los residuos de pesticidas y fertilizantes agroquímicos.

También recomendó a la ALDF establecer un asesoramiento estricto a todas las zonas agrícolas que quedan en el Distrito Federal para controlar lo que aplican los agricultores, porque hoy en día no hay control.