El mito de la familia futbolística
as Chivas se convirtieron en flamantes subcampeonas del torneo más importante del continente tras caer ante el brasileño Internacional de Porto Alegre, pero mientras los jugadores rojiblancos, en su mayoría juveniles, se fajaron en la cancha como los buenos, las autoridades de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) ni siquiera se dieron por enteradas del insulto al himno nacional.
En dos ocasiones clubes nacionales, antes Cruz Azul y ahora el Guadalajara, acariciaron el título libertador, pero los equipos sudamericanos saben hacer pesar su condición de locales, apoyados por sus apasionadas hinchadas, arbitrajes localistas y cuanta marrullería queda a su alcance; sin embargo, nada puede opacar la proeza del único club que juega con futbolistas nacidos en el país.
La llamada familia futbolística
es un mito: Fue cuestión de que un equipo importante de la zona norte, Rayados del Monterrey, se rebelara al duopolio televisivo para evidenciar que los lazos no son entrañables ni indestructibles. El pintoresco Chelís Sánchez Solá declaró su odio jarocho con recordatorio familiar a Ricardo Henaine, y la directiva de Pumas brilló por su ausencia en el acto de apoyo a Mauricio Peña.
En el torneo local se acabaron los invictos en la fecha cinco. Santos Laguna perdió su paso perfecto ante unos irreconocibles Tigres de Ricardo Ferretti, mientras las viajeras Chivas demostraron que no se reponen de la fatigante ruta libertadora y perdieron en Cancún. El equipo de la franja fue goleado en Ciudad Universitaria en medio de la polémica que afecta al cuadro poblano.
Directo y sin rodeos, Chelís dio el irrebatible argumento para dejar el timón: aseguró que su odio hacia Henaine es más grande que el cariño al equipo, por lo cual se aleja de un club que ha montado su teatro guiñol en el pasado lustro. La familia poblana es por derecho propio una de las más conflictivas células del gremio futbolístico con líos de tribunales, disciplinarios y hasta brujería.
Henaine ganó en los tribunales, pero perdió en la cancha y en lo deportivo al quedarse sin su emblemático director técnico. La FMF, en plan contemplativo, no ha hecho sino validar primero a Henaine, luego a Francisco Bernat y hoy de nuevo a Ricardo.
La directiva de Rayados está jugándose mucho más que el orgullo en su lucha contra la televisora que le transmitía los partidos. Es un gesto loable en tiempos de sometimiento incondicional a la autoridad del dinero y del poder. Suena justo su reclamo por un horario nocturno, ya sin el inclemente sol y, sin duda, Monterrey ha sido uno de los equipos protagonistas de los recientes torneos.
El Pachuca de Jesús Martínez dio cachetada con guante blanco a la directiva de Pumas, equipo del ex jugador y ex entrenador Mauricio Peña. Siempre a la cabeza en las relaciones públicas, Martínez también se mostró puntual para apoyar con un porcentaje de sus ingresos por taquilla a Peña, afectado por una enfermedad incurable y progresiva.
Chaco Giménez robó cámara con su extraordinaria actuación ante Jaguares. El panorama se compone para Meza, quien debió atender los reclamos de su directiva, que el torneo pasado se quejó de no tener una oncena titular; ahora no sólo cuenta con ella, sino que el creativo argentino que trajo del Pachuca respondió con un racimo de goles.
Otro técnico que por fin sonrió es José Manuel de la Torre. El campeón y candidato a dirigir al Tricolor se rencontró con la victoria. Debió aparecer el genio de Sinha para conseguir un apurado triunfo choricero. El Chepo ha dado excesiva oportunidad al chileno Héctor Mancilla, quien está peleado con el gol, en detrimento de elementos juveniles, como Raúl Nava.
Juan Carlos Cacho y Dante López empezaron a saldar su deuda. Los delanteros auriazules cambiaron los abucheos por aplausos y se quitaron de encima una pesada carga con sus dobletes ante el Puebla. Pumas se mantiene invicto en casa; ahora la meta es comenzar a sumar puntos como visitante.
