El organismo considera limitada la política federal para atender este rezago social
Sábado 21 de agosto de 2010, p. 39
Uno de los déficit de la política gubernamental en la atención y respeto a la juventud es la atención a la salud mental para ese sector. El Observatorio de Política Social y Derechos Humanos (OPSDH) sostiene que la respectiva protección a los jóvenes es fundamental para lograr su integración y participación efectiva en la sociedad.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que gran parte de los problemas de salud mental tienen su origen entre la infancia y la adolescencia, de ahí la importancia de atender a la juventud.
La estadística de la OMS señala que al menos 20 por ciento de los jóvenes a escala global sufre alguna enfermedad mental como depresión, alteración del estado de ánimo, abuso de sustancias, comportamientos suicidas o trastornos alimentarios.
El observatorio agrega que en México unos 5 millones de adolescentes entre 14 y 16 años presentan alguno de estos males, y de los que al menos la mitad requiere atención especializada.
En un reporte difundido este viernes el OPSDH critica la limitada
política de la administración federal para atender este problema, pues responsabiliza a padres y maestros de la detección de los padecimientos. Agrega que un estudio reciente sobre los síntomas, la percepción y demanda de atención en salud en niños y adolescentes en la ciudad de México indica que los padres no son una fuente efectiva para la detección de enfermedades mentales de sus hijos, pues generalmente las confunden con manifestaciones de mal comportamiento.
Para México, país básicamente conformado por jóvenes, el Año Internacional de la Juventud [que inició el pasado 12 de agosto] representa una oportunidad para evaluar la situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de este sector. De forma específica, es oportuno hablar de su salud mental.
Tras una revisión al Programa Nacional de Juventud 2008-2012, el observatorio concluye que las estrategias planteadas en el plan gubernamental aún no ofrecen un tratamiento integral del problema. Además de los programas y estrategias enfocados en la prevención de adicciones y conductas de riesgo, se necesita poner mayor énfasis en la detección, atención, asesoramiento, terapia y medicación de los jóvenes con trastornos del comportamiento, ansiedad, depresión y cualquier otro problema de salud mental
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Las estrategias de la administración de Felipe Calderón contra estos males, sostiene el observatorio, sólo se basan en el diseño y la aplicación de campañas para la prevención de la depresión, el suicidio y la salud mental; en su prevención en secundaria y educación media superior, y la atención y tratamiento de las adicciones, también mediante campañas de salud y la colaboración y los centros de atención y prevención.
Con base en la normativa internacional en derechos humanos asegura que la salud mental debe conceptualizarse no sólo como la ausencia de trastornos mentales, sino en términos de un estado integral y positivo de bienestar personal y social
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