El secretario de Gobernación, José Francisco Blake, se reunió ayer con los senadores del PAN, en un encuentro en que la fracción blanquiazul acordó cerrar filas en torno a la decisión del presidente Felipe Calderón de mantener al Ejército en la lucha contra el crimen organizado hasta el final del sexenio, y criticó duramente la decisión del PRI de no asistir a los Diálogos por la Seguridad.

Los panistas consideraron que la pretensión de que Calderón se presente en el Congreso es una trampa, ya que sólo se busca someter al Ejecutivo a golpeteo político, por lo que determinaron no permitirlo. Está absolutamente descartado, sostuvo el coordinador del panismo en el Senado, Gustavo Madero.

En el cónclave, a puerta cerrada, con el titular de Gobernación –que duró más de cuatro horas– los senadores del PAN se lanzaron contra el PRI y sus gobernadores, al sostener que en las entidades gobernadas por el tricolor es donde más ha crecido el narcotráfico, sin que hagan nada por frenarlo.

El senador Rubén Camarillo exigió incluso al funcionario que desenmascare a legisladores y gobernadores priístas que insisten en el cambio de la estrategia en seguridad pública, sin proponer opciones concretas, pero desairan la invitación del Ejecutivo a dialogar.

De acuerdo con versiones de participantes en la encerrona, el titular de Gobernación compartió los reclamos de los senadores por las contradicciones de la oposición que pide el regreso de las fuerzas armadas a sus cuarteles, pero solicita más refuerzos militares para las entidades donde la violencia es incontrolable.

Los gobernadores de Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas fueron señalados como responsables de los asesinatos, atentados y en general de dejar crecer a las bandas del narcotráfico. Alejandro Zapata Perogordo, senador potosino, dijo que, a pesar del incremento de recursos para esas entidades, no han llevado siquiera a cabo la depuración de sus policías.

Pese al compromiso de los gobernadores de constituir unidades para el combate al secuestro en las entidades federativas, ese delito del fuero común se ha incrementado. Sólo estiran la mano para que les den más recursos, pero no han puesto voluntad para abatir la delincuencia, recalcó.

Igualmente, Camarillo dijo que es lamentable que los gobernadores del PRI con una mano piden más presupuesto y con otra pegan al gobierno federal.

El senador Santiago Creel Miranda expresó que no hay la mínima reciprocidad del PRI, que le dejó las sillas vacías a Calderón, al no presentarse un día antes a los Diálogos por la Seguridad.

Uno de los gobernadores más criticados fue el de Nuevo León, Rodrigo Medina, quien, dijeron, acaba de solicitar más militares para que lo ayuden a controlar la violencia desatada en su entidad. El senador Luis Alberto Villarreal dijo que seguro el mandatario priísta se “se siente más cómodo en Texas, en la Isla del Padre, donde está viviendo, mientras la ciudadanía padece el acoso de los narcos”.

Cuestionaron también al coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, por el desaire a Calderón.

Tras escuchar los reclamos, Blake Mora les anunció que en cuanto comience el periodo de sesiones, Calderón hará llegar al Congreso dos iniciativas que deben ser prioritarias para ellos: la ley contra el lavado de dinero y la legislación que crea la policía única en las 32 entidades del país.

Otro tema de análisis con el secretario fue la reforma a la Ley de Seguridad Nacional, que está detenida en la Cámara de Diputados, ya que el Ejército no está de acuerdo con la minuta que emitió el Senado.

Valoraron que son los diputados quienes deberán hacer los cambios al proyecto, con base en las propuestas de las fuerzas armadas, aunque ellos están dispuestos a colaborar. Con ello concluyó la reunión plenaria de Acción Nacional, cuya agenda legislativa girará en torno a la seguridad pública.