Hasta el último momento y a marchas forzadas, el secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora, intentó por varias vías convencer a los coordinadores parlamentarios del PRI para que asistieran a los Diálogos por la Seguridad convocados por el presidente Felipe Calderón. Ese cabildeo no prosperó.

Al final, cuatro sillas quedaron vacías en la mesa en forma de herradura colocada ex profeso en el Casino Militar del Campo Marte.

Aun con la contundencia de la negativa de los invitados, fueron colocados los letreros identificadores de Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del tricolor; de su contraparte en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, así como de sus homólogos del Partido del Trabajo. No así del coordinador de los diputados del PRD, Alejandro Encinas, quien también dejó en claro que no asistiría.

Sólo cuatro sillas vacías, dos a cada extremo de la herradura, pero que en conjunto representan a 33 senadores del PRI y cinco del PT, así como 237 diputados del tricolor y 13 petistas.

A la convocatoria de Calderón, cuyos encuentros se iniciaron hace tres semanas, sí han acudido los gobernadores priístas y la dirigente nacional de ese partido, Beatriz Paredes, pero el senador Manlio Fabio Beltrones declinó estar ayer con el argumento de que fue notificado 18 horas antes de la sesión.

Del lado del partido del sol azteca asistió el líder de los senadores, Carlos Navarrete Ruiz, quien al final ante la prensa dijo que no sería vocero de quienes decidieron no asistir. El legislador se sentó en el mismo lugar que, en otra reunión de diálogo, ocupó Beatriz Paredes, esto es, frente a Calderón Hinojosa.

El senador Navarrete estuvo acompañado por el vicecoordinador de los diputados perredistas, Guadalupe Acosta Naranjo, quien comentó que Encinas estaba enterado de su decisión; con todo, fue el único vicecoordinador presente y aprovechó su turno para dar un largo mensaje.

Aun con las cuatro sillas desocupadas, el presidente Calderón agradeció la presencia de los legisladores y el alto nivel de discusión. En este tono, se mostró dispuesto a modificar la estrategia de combate al crimen y aceptar incluso regresar a la máxima tribuna del Congreso de la Unión para rendir su cuarto Informe de gobierno, si así lo disponía el Legislativo, siempre y cuando no haya ofensas, descalificaciones, agresiones o lapidación a su persona.

No pierde a quien se ofende o se agravia. La verdad que he sido un Presidente abierto porque creo en la tolerancia y en la democracia; creo que a ningún Presidente le han dicho las cosas que le han dicho a éste, por lo menos públicamente, como se me han dicho, concluyó.