El ex dirigente nacional del PAN Manuel Espino dijo ayer que defenderá su condición de militante de este partido, luego de que en la víspera, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) acordó abrir un proceso de expulsión en su contra por realizar acciones y declaraciones que a su entender afectan a este instituto político.

En una carta abierta, el duranguense señaló que la libertad de expresión se encuentra amenazada en diversos ámbitos de la vida nacional y que ciudadanos de todas las tendencias han sido víctimas de embates desde el poder, cuando emiten una opinión diferente. Ahora, esa ofensiva de intolerancia ha llegado al PAN.

Si bien reiteró que seguirá siendo panista aunque su nombre no aparezca en el padrón del blanquiazul, añadió que defenderá su militancia de 33 años en ese partido, porque no hacerlo es permitir que se expulse a una persona tan sólo por expresar opiniones, llamar al debate y hacer críticas.

“Los panistas estaríamos negando la propia historia si restringiéramos la libertad de expresión en nuestra casa. No debo permitir que el poder imponga la mordaza azul, pues con ello abriríamos la puerta para que en otras instituciones de la sociedad mexicana comenzara a hacerse lo mismo”, enfatizó.

El ex dirigente panista en imagen de archivoFoto José Antonio López

Si se niega a un ex presidente nacional el derecho a hablar con libertad, ningún militante podrá estar seguro al expresar una crítica. Sobre la discusión, el debate y el libre intercambio de ideas, pesará la amenaza de expulsión a cualquiera, como una espada de Damocles.

No defender mis derechos sería tanto como validar las purgas internas, la cacería de brujas y la imposición del pensamiento único. Además, mandaría el mensaje de que es aceptable que un panista sea expulsado por mostrar su desacuerdo, añadió.

Espino Barrientos destacó que el pasado martes la cúpula del PAN validó una decisión tomada en Los Pinos.

Por lo demás, condenó la campaña de desinformación que intentó posicionar la idea de que sería expulsado ayer. Como se demostró, era imposible hacerlo el martes mismo. Sin embargo, se incentivó ese rumor para golpearme políticamente, manipular a la opinión pública y los sentimientos de los militantes.

Hizo un llamado a la dirigencia nacional a dejar de usar esas tácticas de propaganda negra y, por último, confió en salir airoso de su batalla, para dejar asentado que el PAN sigue siendo espacio de diálogo y libertades.