Jueves 19 de agosto de 2010, p. 24
Multan, Pakistán, 18 de agosto. Pakistán afirmó haber recibido unos 300 millones de dólares de ayuda internacional para los millones de víctimas de las inundaciones, pero muchos seguían sin techo ni comida, lo cual agudizaba las críticas contra la ineficacia del gobierno.
Las inundaciones han barrido pueblos, tierras cultivables e infraestructuras, y se han convertido ya en la peor catástrofe de la historia del país.
Más de 650 mil familias siguen sin tener el alojamiento más básico, según la oficina de coordinación de asuntos humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).
Cerca de Multan, en el sur de la provincia de Punyab (centro), cerca de 3 mil refugiados, la mitad de los cuales son niños, luchaban contra un calor agobiante, nubes de mosquitos y problemas de salud.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió la semana pasada 460 millones de dólares de ayuda para evitar que la falta de alimentos y las enfermedades provoquen una segunda oleada de muertos
, y este miércoles dijo haber recibido 50 por ciento de esa cantidad, incluyendo promesas que aún deben convertirse en dinero efectivo.
La Unión Europea anunció este miércoles que aumentaba su ayuda en 30 millones de euros, hasta un total 70 millones. El lunes, el Banco Mundial había otorgado al país un préstamo de 900 millones de dólares.
Zamir Akram, embajador de Pakistán ante la ONU en Ginebra, dijo que su país ha recibido una ayuda de 301 millones de dólares a través de Naciones Unidas y mecanismos bilaterales directos.
Varios países, como Afganistán, Turquía, Estados Unidos y Arabia Saudí han prometido dar millones de dólares en efectivo.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) instó a los países musulmanes de aportar una ayuda urgente
a Pakistán. El papa Benedicto XVI también deseó de la comunidad internacional un apoyo concreto
para Pakistán, y expresó su solidaridad con las víctimas.
Las agencias de ayuda subrayaron estos últimos días que tenían dificultades para juntar el dinero necesario para asistir de urgencia a los seis millones de damnificados más vulnerables, expuestos a enfermedades transmitidas por el agua, como fiebres tifoideas, hepatitis A y cólera.
Hasta ahora, las inundaciones dejaron 1.475 muertos, 2.052 heridos y dañaron 970.520 casas, según las últimas cifras oficiales anunciadas el miércoles por el ministro de la Información, Qamar Zaman Kaira.
Pero estas cifras podrían aumentar porque las aguas retroceden y la evaluación de los daños recién empieza
, subrayó.
El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, que ya fue muy criticado por no haber interrumpido una gira por Europa en el momento más álgido de las inundaciones, se encontraba en Rusia este miércoles, para asistir a una cumbre regional sobre Afganistán. Consideró que el país saldrá reforzado como nación
después del desastre.
Una parte de las víctimas, que duermen en campamentos improvisados o a lo largo de las carreteras, siguen denunciando la actitud considerada inoperante del gobierno.
Varios centenares de personas volvieron a manifestarse, y reclamaron ayuda en el noroeste, bloqueando temporariamente la ruta entre Islamabad y Peshawar.
Dos ministros británicos, el de Desarrollo Internacional, Andrew Mitchell, y la baronesa Sayeeda Warsi (sin cartera), tuvieron que ser evacuados por helicóptero tras estar bloqueados por manifestantes cuando estaban visitando zonas inundadas, según su delegación.
El oponente político y ex estrella de cricket Imran Jan, por su lado, lanzó una colecta de fondos para las víctimas, y subrayó que la gente no confía en el gobierno
para administrar la ayuda a los damnificados.