Jueves 19 de agosto de 2010, p. 26
Pasajeros del vuelo 4629 de Mexicana Link, con ruta ciudad de México-Campeche, debieron desalojar la aeronave la medianoche del martes, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad de casi un centenar de elementos de la Policía Federal, luego de que la cancelación del vuelo a última hora generó malestar y protestas de los viajeros que se negaban a abandonar el avión.
Tras dos intentos fallidos de realizar el vuelo –la noche del martes, la primera, y muy temprano ayer miércoles–, los viajeros llegaron a su destino cerca de las 10 horas, pero todos tuvieron que pernoctar en las salas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en condiciones difíciles y con maltrato por parte del personal de la aerolínea y de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
De acuerdo con varias denuncias de los viajeros, fueron tratados como terroristas
y bandidos
cuando, una vez a bordo de la aeronave –que ya estaba en fila para iniciar el despegue– repentinamente el vuelo fue regresado y varias horas después se les notificó que sería cancelado hasta el día siguiente, sin ofrecerles ni hospedaje ni alimentos.
Tratados como terroristas
Nos trataron como delincuentes, como terroristas
, se quejaron los pasajeros, quienes aseguran que fueron bajados del avión en medio de atropellos y custodiados por elementos federales armados. Llegaron a desalojar el avión con malos modos
, dijo Lorena Lhotse, pasajera del vuelo 4629.
La aeronave de Link con matrícula XA-BMI, con posición remota en el AICM, inició su rodaje a las 20:45 horas del martes pasado, con destino a Campeche, con su capacidad máxima de 50 pasajeros a bordo. Pero debió regresar ante el anuncio de la torre de control de que había fallas de energía eléctrica en la pista 05 izquierda 23 derecha, donde despegaría.
Esta situación provocó el enojo de varios pasajeros, seguidos por el resto, quienes se negaron a desalojar el avión. El piloto de Mexicana notificó los hechos a la comandancia del AICM. A la aeronave ya estacionada en posición remota subió el inspector Ricardo de la Rosa, quien habló con los pasajeros. Hubo momentos de tensión, según los pasajeros, quienes ya observaban que la aeronave era rodeada por elementos federales.