En México, cuatro empresas controlan más de 50 por ciento del mercado de la harina de trigo, lo que incrementa el riesgo de que haya especulación en el precio del producto, aseguró la directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), Ana De Ita.

La especialista señaló que al existir una elevada concentración del mercado en pocas empresas, es más factible que éstas puedan incidir en los precios al consumidor si se produce un desabasto a nivel internacional.

En tanto la Secretaría de Economía dijo ayer que pese al incremento de 65.2 por ciento en el precio internacional del trigo, observado entre el primero de julio y 5 de agosto pasado, la cotización de este cereal y demás granos se encuentra entre 30 y 40 por ciento abajo de los niveles máximos registrados en 2008.

El titular de la dependencia, Bruno Ferrari, quien se reunió con el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, para analizar la situación nacional e internacional de los granos, aseguró que los inventarios de trigo se mantienen en niveles históricamente altos en los últimos 23 años.

Economía indicó que la producción nacional de trigo panificable creció 78 por ciento de 2004 a 2009 al pasar de 2.3 a 4.1 millones de toneladas gracias al esquema de argicultura por contrato.

Alza de precio a la vista

De Ita precisó que de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de Sagarpa, las empresas que mayor participación tienen en la producción nacional de harina de trigo son: Molinera de México (18 por ciento), Altex (13), Pobal (12) y Trimex (10.6), compañías que en conjunto concentran 53.6 por ciento del mercado nacional.

Tal situación pone en riesgo a los habitantes del país debido a la alta volatilidad que el cereal ha mostrado en los mercados internacionales luego de que varios países, entre ellos Rusia, China y Canadá, disminuyeron su producción a causa de problemas climáticos.

“Ahora lo que está pasando con los precios del trigo es tan peligroso como lo que ocurrió con los precios del maíz a principios de 2007, lo que llamamos la crisis de la tortilla, pero un poco peor porque el trigo en México ha sido uno de los productos más castigados”, indicó De Ita.

Recordó que si bien el país nunca ha sido autosuficiente en la producción del grano, las políticas neoliberales de apertura comercial que facilitaron la entrada de alimentos extranjeros y desincentivaron la producción nacional, provocaron una gran dependencia alimentaria hacia el exterior, al grado que actualmente el país importa casi la mitad del trigo que demanda la población nacional.

De acuerdo con el SIAP, México produce 4.2 millones de toneladas de trigo al año pero importa 3.5 millones.

En entrevista con este diario, la directora del Ceccam recordó que desde la apertura comercial impulsada por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, previa a la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, se empezó a desmantelar el sistema de regulación que existía en el país.

Se destruyó a la Conasupo, que era el aparato de regulación que controlaba los precios agrícolas y que permitía planificar la oferta y la demanda de los productos básicos.

Con ello, explicó, el gobierno apostó a la apertura comercial de la agricultura lo que provocó un cambio en el patrón de cultivos y disminuyó las posibilidades de tener algún tipo de soberanía alimentaria.

Dicha política, abundó, destruyó en muchos casos la producción agrícola nacional a niveles sin precedentes.

Estamos en una situación de gran vulnerabilidad porque en todos los productos básicos no hay ninguna protección. Destruyeron las reservas reguladoras que mantenía Conasupo para evitar la especulación y el alza de precios, sostuvo.

Este marte, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de finanzas (IMEF) estimó que gracias a los altos inventarios mundiales de trigo, el precio del producto permanecerá estable pese a la volatilidad que ha mostrado en últimas semanas.

Los inventarios mundiales de trigo son altos y en nuestra opinión esto permitirá que pronto los precios lleguen a niveles más estables, adelantó.

El presidente del organismo privado, Gustavo Rodarte, dijo que si bien éste grano es importante en la dieta de los mexicanos, su consumo tiene una relación aproximada de 1 a 5 con respecto al maíz.

Afortunadamente con la globalización, hay muchos sustitutos del trigo; el arroz por ejemplo, por lo que un aumento de precios en el trigo, desvía el consumo hacia el arroz u otro grano con precio menor, señaló.

Agregó que esta capacidad de sustitución permite a las familias equilibrar su presupuesto, el cual sólo se ve afectado cuando la producción total de granos disminuye, ya que en esa circunstancia sí se da un alza generalizada pues los precios de todos los granos de alguna manera están ligados.