El desempleo ha generado la depreciación de los salarios en México. El ejército de desocupados cumple con dos funciones fundamentales: la primera es ejercer constante presión a la baja sobre los salarios de los que tienen empleo, y la segunda, fungir como almacén humano ante los vaivenes coyunturales en la demanda de la mano de obra.

El coordinador del diplomado El mercado del trabajo en México, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gerardo González Chávez, subraya lo anterior en una investigación sobre los salarios en nuestro país, y detalla que ahora hay una doble o triple explotación no tan sólo de los trabajadores, sino de su familia, ya que se necesita incorporar uno o más miembros de la misma para poder sostener económicamente un hogar.

La investigación, que forma parte del libro Perspectivas del trabajo en México, indica que el mercado de trabajo en México se ha deteriorado debido a la falta de un crecimiento económico sostenido que incorpore a los millones de mexicanos excluidos del trabajo y del consumo básico.

Además, ratifica que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos suma ya más de 70 por ciento y que quien en estos días percibe entre uno y dos salarios mínimos apenas puede adquirir los mínimos para sobrevivir, el especialista señala que para poder tener las condiciones económicas similares de hace cinco sexenios, los obreros tienen que laborar tres jornadas para adquirir los bienes y servicios que se adquirían con un minisalario de esa época.

González Chávez indica en su análisis que ante la instauración del neoliberalismo, los cambios económicos influyeron directamente en el deterioro de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población, por medio de la profundización del desempleo y subempleo, de la caída permanente del salario real, el incremento de la productividad, la cancelación de conquistas obreras de la mayor parte de los contratos colectivos y la desaparición en muchos sindicatos de la bilateralidad entre trabajadores y patrones.

Esta política seguida en los gobiernos recientes, incluido el presente, vino a imponer un grado mayor de expoliación del trabajo que se reflejó en el empobrecimiento de los trabajadores, incluso la inflación se utilizó como un mecanismo eficaz para lograr la disminución del poder adquisitivo de los trabajadores sin mayores roces o fricciones.