Puebla, Pue., 15 de agosto. Atlante rompió la racha de tres derrotas consecutivas en el inicio del torneo Apertura 2010 al empatar 1-1 con el Puebla, que mantuvo el invicto gracias a un gol de Gerardo Lugo a cinco minutos del final, en duelo de la fecha cuatro realizado en el estadio Cuauhtémoc.

Lugo, quien entró de cambio 10 minutos antes, fue el único poblano que pudo superar a Moisés Muñoz, arquero azulgrana que tuvo una destacada actuación y salvó a su equipo de varias anotaciones cantadas.

Los camoteros se ubican en el subliderato del Grupo Tres, con ocho puntos, mientras que los Potros sumaron su primera unidad en el sector dos. Los equipos terminaron con 10 elementos cada uno, por expulsiones en la recta final del local Rodrigo Salinas y del visitante Édgar Solís.

En los primeros 15 minutos los pelotazos predominaron sobre la maltratada cancha del Cuauhtémoc, que registró escasa asistencia, a pesar de que hubo promoción en los boletos. Muñoz empezó a ser figura del duelo y logró mantener su portería sin goles en una oportuna salida a los pies ante peligroso embate de Salinas.

Aunque Atlante respondió con un disparo de Christian Bermúdez, la Franja mantuvo el control del esférico y nuevamente Muñoz controló otra embestida de Salinas.

La mejor intervención del guardameta en el primer tiempo fue al minuto 23, cuando el uruguayo Nicolás Olivera incursionó al área y disparó ante un solitario Moisés, quien de un manotazo desvió el esférico. En el contrarremate, Álvaro González se lanzó de palomita, pero su remate fue desviado.

Los pupilos de José Luis Sánchez Solá insistieron después con disparos de Alejandro Acosta y Gabriel Pereyra, pero Muñoz siguió inspirado y rechazó los disparos.

Para el segundo tiempo el Atlante salió con más determinación al ataque y se adelantó en el marcador al minuto 54, en un rechace de Alexandro Álvarez a la media luna, donde Jerónimo Amione tuvo problemas para controlar el esférico, pero alcanzó a mandar un tiro bombeado que se incrustó en el ángulo superior izquierdo del estático Mostro.

Puebla asimiló el golpe, se lanzó al ataque y se acercó primero en jugada de tiro de esquina que Bola González remató con la cabeza directo a las manos de Muñoz y luego en un disparo potente de Olivera que pasó cerca del travesaño. La más clara fue un cabezazo del uruguayo Acosta, quien no pudo darle dirección rumbo a la portería.

Después los técnicos realizaron cambios. René Isidoro García ingresó a los delanteros Ulises Mendívil y Luis Landín, mientras el Chelís metió a Lugo.

Muñoz siguió en gran plan y a la media hora del segundo tiempo salvó dos veces a su equipo, al rechazar remates de Mario Ortiz y Bola González. En el contrarremate, el tiro potente de Jorge Zárate fue rechazado sobre la línea de gol con el pecho por Fernando Navarro.

Atlante pudo sentenciar al minuto 35, en jugada de contragolpe que llegó al Hobbit Bermúdez, quien se plantó sin marca ante Álvarez, pero mandó un tiro sin fuerza que el portero detuvo sin problemas.

Después de la falla vino el acierto rival. Salinas desbordó por sector derecho y mandó centro al área chica, donde Lugo remató de pierna izquierda y el balón pasó entre Muñoz y su poste izquierdo para el 1-1 definitivo.

Fugaz relevo

A tres minutos del final fue expulsado Salinas por doble amarilla, mientras que Isidoro García exhibió a su jugador Landín al relevarlo cuando apenas llevaba 13 minutos en la cancha y sólo había tocado un par de balones. En la compensación, el silbante Jaime Herrera mostró el cartón rojo al potro Édgar Solís.

Pese al empate, el Chelís se mostró contento con su equipo. Como yo lo entiendo, el de hoy es el mejor partido que ha dado el Puebla, éste es el Puebla, a mí me gustó mucho, levantándose, sobreponiéndose, con gente en la banca que puede entrar y se quiere manifestar, expresó.

El entrenador está satisfecho por los ocho puntos logrados de 12 disputados, y también porque tenemos un grupo muy unido. Alabó al Atlante, un equipo que tenía cero puntos, pero eso no tenía nada que ver con lo que habían hecho en la cancha. Lleva mucho tiempo jugando buen futbol, pero nos levantamos y fuimos al ataque.