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Las Águilas llegan a la cima del grupo dos; los Zorros sumaron su primer punto y son penúltimos

Canteranos del Atlas igualaron a un errático y confundido América

En el pecado llevó la penitencia el club de Coapa, admitió el entrenador Manuel Lapuente

El timonel Ischia se mostró orgulloso de sus pupilos: destacaron por su personalidad

 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de agosto de 2010, p. 2

Respondones salieron los canteranos del Atlas al empatar 1-1 en el estadio Azteca con un América que no supo aprovechar las oportunidades de anotación que armó en la primera parte y motró confusión en el complemento hasta dejarse igualar.

Con este resultado de la jornada cuatro del torneo local, tras las anotaciones de Matías Vuoso, por los de casa, y de Fabricio Fuentes, por los Zorros, los de Coapa se colocan en la cúspide del grupo dos, con cinco puntos, mientras los rojinegros sumaron su primera unidad y no les alcanza para dejar el penúltimo lugar del mismo sector.

Desde el primer instante las emociones se hicieron presentes; primero, con una falta señalada y sancionada a los 30 segundos contra Hébert Alférez por el silbante Miguel Ángel Flores, y al minuto tres el argentino Daniel Montenegro sirvió en bandeja de plata al uruguayo Vicente Sánchez, quien pese a la ventajosa situación echó fuera el esférico.

La juventud de los atlistas –nueve egresados de la cantera– se hizo evidente en el coloso de Santa Úrsula, con intentos de cambios de juego para agrandar la cancha o pases sin malicia, presa fácil para algunos de los curtidos rivales.

Las Águilas sólo necesitaron 16 minutos para asentarse en el terreno de juego y tras un tiro de esquina, Matías Vuoso abrió el tanteador con severo cabezazo que intentó taponar Alférez, sin lograrlo por más que brincó.

Ambos cuadros mantuvieron el ritmo con llegadas constantes. Al minuto 27, en otro córner, Dárvin Chávez alcanzó a ganar el remate de cabeza a Montenegro para lograr el empate.

El portero Guillermo Ochoa ya estaba vencido, pero a juicio del silbante hubo falta del anotador y determinó la anulación del gol ante el malestar de la visita.

Los rojinegros tuvieron otro momento para igualar los cartones cuando Néstor Vidrio remató de cabeza en dirección de gol, que los asistentes ya cantaban, pero oportunamente Rosinei también puso la testa para salvar su meta.

El América seguía presionando con llegadas de peligro, como la orquestada por Enrique Esqueda, quien cedió al poste contrario a Vicente Sánchez al 39, pero éste no pudo convertir, y un minuto después el Rolfi Montenegro, solo frente al portero José Canales, cruzó demasiado a la izquierda para no perder la tónica falladora de su equipo, con la que se fueron al descanso.

Así se mantuvo el América al inicio de la segunda parte, con tiros largos o entregas imprecisas que terminaban en los pies de los atlistas o en saque de banda para su causa.

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El constante ataque de los Zorros mantuvo activa la zaga americanistaFoto Víctor Camacho

Nerviosos y sin concentración, los dirigidos por Manuel Lapuente no encontraban la forma, acaso los espacios para armar jugadas y hacer daño a los visitantes, y entonces de nada servía mantener la posesión del esférico.

Caro pagaron las Águilas su falta de toque y paseo dominical, cuando Carlos Gutiérrez cobró una falta en tiro directo que alcanzó a rematar con efectivo cabezazo Fabricio Fuentes, al minuto 51, en una jugada de esas en las que el portero Ochoa se movió muy poco; quizá por la trayectoria del balón o confiado en su defensa.

Con el empate, Atlas se creció desde ese momento con jugadas de mayor peligro; más cuando el América parecía desorientado y con problemas para evitar los embates del rival, como el cañonazo que desde fuera del área grande sacó Alonso Zamora, que apenas pasó desviado unos centímetros de la base del poste izquierdo, al 67.

La mecánica de los siguientes minutos no fue diferente a los ya consumidos. Continuaron las llegadas, algunas con ejecuciones vistosas y otras no tanto, pero ni los cambios que ordenaron los entrenadores ni el esfuerzo mostrado por los 22 sobre el terreno de juego fueron suficientes para modificar la igualada.

Ischia, con incertidumbre

Manuel Lapuente se convirtió en el técnico del no. Su equipo no se desconcentró, no jugó mal ni fue soberbio, aunque aceptó que consintieron al Atlas; pero luego reviró y dijo que no fue consentimiento sino que les regalaron faltas que no debieron darles.

Estimó que su equipo en el pecado llevó la penitencia, porque si bien tuvo movilidad y creó jugadas, falló en el último tercio del terreno de juego, donde no pudo ser fino para ganar.

En reunión con los medios, el técnico del Atlas, Carlos Ischia, se mostró satisfecho, no por el primer punto obtenido en el certamen local, sino porque su equipo se destacó por su personalidad y por el juego, aunque no sabe si el resultado será convincente para la directiva.

Luego de considerar que pudo haberse sacado un resultado favorable, se dijo satisfecho por la actuación de los jugadores egresados de la cantera atlista y porque el resto de los clubes del grupo dos no se alejaron más en la tabla de posiciones.