Convencidos de que el nivel de violencia ha rebasado las capacidades operativas de los tres niveles de gobierno, los gobernadores del país presentaron al jefe del Ejecutivo federal propuestas para integrar un frente común contra el poder del crimen organizado.

Las actividades ilícitas, afirmó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, superan en algunos casos el presupuesto dedicado al aparato de justicia y de seguridad pública locales. Sólo en la capital del país, señaló, estimamos que las actividades de la delincuencia organizada, aunque no tenemos toda la información, rebasan ese costo anual, que llega a 30 mil millones de pesos.

El coahuilense Humberto Moreira advirtió en entrevista que este encuentro es la última llamada para encontrar acuerdos. La dimensión del fenómeno, alertó José Osuna Millán, de Baja California, hace prever nuevos actos de barbarie.

Enterrar diferencias: Moreira

A diferencia de otras reuniones con gobernadores, esta vez no hubo recriminaciones para Felipe Calderón. Hasta los mandatarios priístas más críticos del jefe del Ejecutivo, como Moreira, bajaron el nivel que los había colocado en una dura confrontación mediática, cuando hace unos meses declaró a la prensa que el Presidente le pegó al avispero, se encerró en Los Pinos y dejó un desmadre.

Ayer, al final de su mensaje, manifestó: “Hemos tenido diferencias en los temas en que pensamos distinto (…) le quiero pedir respetuosamente que dejemos enterradas esas diferencias. Trabajemos y jalemos parejo”.

Ebrard marcó su distancia en todo momento y los fotógrafos se quedaron con las ganas, una vez más, de captar la imagen del jefe de Gobierno saludando o despidiéndose del Presidente.

Algunos mandatarios, haciendo a un lado posturas críticas de dirigentes partidistas, expresaron su respaldo total al proyecto de Calderón. El nayarita Ney González Sánchez sostuvo: Esta guerra no se ganará con armas de fuego. Esta guerra la vamos a ganar con fuego en el alma, con emociones.

El chiapaneco Juan Sabines y el guerrerense Zeferino Torreblanca mostraron su reconocimiento a lo que el primero definió como ejercicio de democracia participativa que ha emprendido el Presidente de todos los mexicanos.

El veracruzano Fidel Herrera, en su calidad de presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, abrió la reunión y señaló que es tiempo de asumir responsabilidades y no arrojar culpabilidades, ante las insuficiencias, la corrupción y falta de articulación. “Nosotros –agregó– somos más que los malos y tenemos qué demostrarlo”.

El mandatario de Nuevo León, Rodrigo Medina, lo secundó: Somos más los buenos que los malos, y el día que estemos más organizados, que se cuiden los malos.

El mexiquense Enrique Peña Nieto dijo que este encuentro es un reconocimiento a la insuficiencia de las instituciones del Estado mexicano para combatir la inseguridad, y confió en que no se quedará en un ejercicio de catarsis.

Calderón tenía clara la actitud de cada gobernador y en su mensaje de cierre personalizó las respuestas. Dijo: aquilato en todo lo que vale el llamado del gobernador Moreira de dejar atrás nuestras diferencias, enterrarlas, como dijo él.

Pero no pidió que los distintos criterios sean eliminados, sino simplemente que se conduzcan en el marco de respeto democrático; respeto que pido y exijo no sólo por mí o por lo que yo sea, sino por las instituciones que todos representamos.

Treinta mandatarios acudieron al diálogo por la seguridad, convocado por el Prtesidente en el Casino Militar del Campo Marte, resguardado por policías y militares. Sólo faltaron los de Baja California Sur y Morelos.

Cada uno esbozó ideas que, durante casi cuatro horas, desembocaron en la propuesta de integrar, sin regateos, un frente común de combate al crimen organizado. La mayoría utilizó un formato similar a la presentación de un informe de gobierno pronunciado ante un público integrado, en su mayoría, por sus colaboradores.

Las peticiones fueron vastas: conformación de 32 policías únicas estatales, más presupuesto para seguridad pública, combate a las adicciones, oportunidades de empleo, atajar el tráfico de armas de Estados Unidos y fortalecer el sistema educativo para impulsar desde la escuela la cultura de la legalidad, dijo el gobernador de Jalisco, Emilio González.

Ebrard sostuvo que uno de los objetivos principales es atajar las operaciones y el poderío económico del crimen organizado, porque mientras eso no ocurra, (su actividad) sigue siendo un negocio muy bueno (con) un costo relativamente muy bajo, que permite la corrupción, la compra de armas, el crecimiento exponencial de las adicciones y de la violencia dentro y fuera de las escuelas.

Jesús Reyes Baeza, de Chihuahua, pidió reparación del daño para víctimas de la violencia. Tenemos que romper la cadena de odio que existe entre los familiares de las más de 28 mil víctimas de violencia en este país. Si le sumamos hijos, jóvenes, adolescentes, niños, viudas, estamos hablando de más de cien mil personas que luego van a reproducirse perniciosamente en el ánimo de obtener venganza.

Osuna Millán pidió a sus homólogos honrar su palabra en esta ocasión, para evitar, como ocurre con el Acuerdo Nacional para la Seguridad suscrito el 21 de agosto de 2008, el incumplimiento de compromisos, como depurar los cuerpos policiacos. Enfatizó que sólo dos mandatarios lo han hecho y otro tanto están en proceso.