Tlalnepantla, Méx., 11 de agosto. El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón, aseguró que México tiene mala imagen internacional al ocupar los últimos lugares en índices de eficiencia laboral.

Destacó que durante el primer trimestre de este año ascendió a 21 millones el número de mexicanos que se encuentran en la informalidad, y dijo que el desempleo va en aumento en los jóvenes, los cuales corren el riesgo de ser reclutados por el crimen organizado, como ya sucede en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Durante un encuentro con integrantes de la Asociación de Industriales del estado de México (AIEM), exhortó al Congreso de la Unión a aprobar la reforma a la Ley Federal de Trabajo.

Indicó que la propuesta incluye contratos a prueba por uno o seis meses, con pago de salarios, alta en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y con posibilidades de contratación al término de los plazos, contratos con capacitación obligatoria de tres a seis meses, y trabajo temporal por horas o días a la semana. Todo ello es mejor que no tener empleo, dijo.

En el índice de insuficiencia del mercado laboral, México es el peor calificado, al señalar que el país ocupa el muy penoso lugar 115 de 133 países calificados por el Foro Económico Mundial, lo cual se traduce en incertidumbre para los inversionistas.

Expuso que en el Congreso de la Unión hay 332 iniciativas de reformas laborales, acumuladas durante 12 años y al momento hay cero dictámenes, cero votaciones y cero modificaciones.

El funcionario expresó que los índices de desempleo e informalidad van en aumento y los índices podrían elevarse los siguientes 10 años, debido a que en la actualidad existe una franja de jóvenes demandantes de empleo.

Puntualizó que durante el primer trimestre de este año, el índice de desempleo fue de 5.3 por ciento y lamentablemente el nivel de desempleo fue de 9.4 por ciento entre jóvenes de 14 y 24 años de edad.

Concluyó que la reforma laboral no es la panacea que arreglará los problemas, pero ayudaría mucho, porque facilitará el acceso al mercado del trabajo, pero se cree que ello atenta contra los derechos laborales o afectará a los sindicatos.