Bolivia, entre los escasos ganadores en 2009
Crecimiento y distribución de beneficios
Recuperación de la riqueza para la nación
ara celebrar el 185 aniversario de su independencia, el Estado Plurinacional de Bolivia puede presumir que se cuenta entre los pocos países en el mundo que sortearon exitosamente la crisis económica de 2009, y que en 2010 sus perspectivas de crecimiento están entre las mejores de América Latina. De 2006 a la fecha, esta nación –de nueva cuenta propiedad de sus habitantes- registra una tasa promedio anual de crecimiento cercana a 5 por ciento, algo que no muchos, como México comprenderá, pueden presumir, especialmente en lo que se refiere a la distribución social de los beneficios.
Por ello, vale un breve paseo por la realidad boliviana, sacudida global incluida, por cortesía de la Cepal, organismo que ofrece el siguiente balance en pleno festejo patrio de la querida nación sureña: en 2009, a pesar de la crisis financiera internacional, la economía de ese país continuó presentando resultados positivos en términos de crecimiento de la actividad económica, cuentas externas y fiscales. La economía creció 3.4 por ciento, uno de los mejores resultados de América Latina en comparación con otros países que resintieron los efectos de la recesión de las economías desarrolladas. El sector público no financiero registró un superávit equivalente al 0.1 por ciento del producto y la balanza de pagos de 326 millones de dólares. Las reservas internacionales netas en poder del Banco Central de Bolivia (BCB) se incrementaron 858 millones de dólares y alcanzaron 8 mil 580 millones de dólares, en comparación con los 2 mil 403 millones de 2008. Según estimaciones de la Comisión, la tasa de crecimiento de la actividad económica en 2010 será de aproximadamente 4.5 por ciento.
Desde el punto de vista político, en abril de 2010 se celebraron elecciones para elegir a los gobernadores y otras autoridades gubernamentales regionales, únicas que aún no habían sido electas bajo el nuevo marco constitucional aprobado mediante referendo en enero de 2009, ya que en diciembre de ese año se celebraron elecciones presidenciales. Entre los principales retos que deberá enfrentar el gobierno de Evo Morales se encuentra la implementación del régimen de autonomías departamentales, municipales, regionales e indígenas consagrado en la nueva Constitución. Asimismo, deberá hacer frente a la menor demanda de gas de Brasil y Argentina, dada la importancia del sector del gas para la economía boliviana durante los últimos diez años. En este sentido, la recuperación o sustitución de esos mercados debería ser una de las prioridades de las autoridades.
El primero de mayo de 2010, el gobierno de Evo decretó la nacionalización de las siguientes empresas: Eléctrica Corani, perteneciente en un 50 por ciento a Ecoenergy International; Guaracachi, cuya mayoría accionaria estaba en manos de la británica Rurelec PLC; Luz y Fuerza Eléctrica de Cochabamba (ELFEC), que no se encontraba en manos del capital extranjero, ya que pertenecía a los mismos trabajadores y a la Cooperativa Mixta de Teléfonos de Cochabamba (COMTECO); y Valle Hermoso, de la que 50 por ciento de las acciones es propiedad de The Bolivian Generating Group perteneciente a la empresa Panamerican de Bolivia. La mayoría accionaria de estas empresas pasará a manos del Estado. En este contexto, se estableció un periodo de 120 días para realizar un avalúo y proceder al pago de esos lotes accionarios.
En el ámbito laboral, el gobierno promulgó una serie de decretos supremos: el 1 de mayo de 2010 anunció un aumento de 5 por ciento al salario mínimo público y privado, incremento que estaba contemplado en la ley de presupuesto general del Estado de 2010. Esta medida es retroactiva al 1 de enero. Es de destacar que desde la llegada de Evo Morales a la Presidencia (2006) y dados los sucesivos decretos anuales, el salario mínimo mensual registra un incremento acumulado de 54.3 por ciento. Asimismo, promulgó la inamovilidad laboral en toda la economía para aquellas personas que tengan hijos.
En 2009, la tasa de inflación de la economía boliviana fue de tan sólo 0.3 por ciento, 11.5 puntos porcentuales menos que en 2008. El comportamiento de la inflación obedeció principalmente a dos factores: la caída del precio de los alimentos asociada tanto a la reducción de los precios de los productos básicos en los mercados internacionales, que a partir del tercer trimestre de 2007 constituyó la mayor presión inflacionaria, como al incremento de la oferta interna de alimentos debido a las condiciones climáticas favorables que se diferenciaron de aquellas de los años previos, marcadas por el impacto de los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña; y las políticas internas como la fijación del tipo de cambio nominal con respecto al dólar por parte del banco central que contribuyeron a reducir aún más las expectativas inflacionarias. El capítulo del índice de precios al consumidor que registró la mayor disminución de precios fue el de los alimentos y bebidas alcohólicas (3.1 por ciento, el de mayor incidencia en el IPC (27 por ciento).
En los primeros cuatro meses de 2010, la inflación acumulada fue del 0.3 por ciento, mientras que la inflación a 12 meses alcanzó 1.2 por ciento, muy por debajo con respecto a igual periodo de 2009. Este resultado obedece al pronunciado ajuste a la baja que registró la inflación en 2009, lo que se tradujo en tasas de inflación negativas en cada uno de los meses del periodo comprendido entre marzo y septiembre. Desde octubre, la tasa de inflación mensual se ha mantenido en niveles positivos. La aceleración de la tasa de inflación observada en 2010 no es alarmante, ya que obedece a una normalización del crecimiento de los precios hacia valores positivos. Esto indica que la trayectoria inflacionaria se estaría estabilizando y alcanzando la meta de mediano plazo establecida por el banco central (4 por ciento).
Las rebanadas del pastel
Los bolivianos arriban al 185 aniversario de su independencia en pleno goce de derechos, con una excelente perspectiva, gobernados por un hombre representativo de y querido por la mayoría nacional, y en condiciones sociales, económicas y políticas que siempre les impidieron las otrora (supuestas) autoridades al servicio del gran capital. Hace no muchos años, en términos históricos, el querido poeta Coco Manto lamentaba que su país registrara un mayor número de golpes de Estado que años de independencia. Lo repitió ayer, pero en otro tono, con la certeza de que la vida ha cambiado en su tierra para bien, gracias a gente como él. Un abrazo solidario, de corazón, para todos ellos, allá y acá, y ¡que viva Bolivia!