os Tigres del Norte consideran la posibilidad de componerle al muy valiente Felipe Calderón un arcocorrido (es decir, un corrido que sea un arco triunfal), mientras en Ciudad Victoria un nuevo estallido estremece el ánimo social y en Los Pinos tratan de apaciguar las inquietudes de gobernadores de PRI y PAN que en nombre de la Conago presionan para que la administración federal deje de jugar a las guerritas y a la grilla en medio de sangre. Felipe en vías de gloria musical en las juglarías hasta ahora frecuentemente ocupadas por las historias de capos, pues Jorge Hernández, el líder del gran grupo musical, dijo en Los Ángeles que el licenciado FC es inspirador, pues ha hecho un trabajo excelente en poco tiempo para enderezar todo lo que tenemos ahí en nuestro país. En tanto, los opositores se molestan por las descalificaciones iluminadas del Mesías de la Guerra contra el Narco, que dijo no estar dispuesto a esperar a ver a qué horas esos PPs (partidos y políticos) se dignan dejar sus intereses particulares para atender los de la nación: por ello, el próximo 12 habrá reunión aclaratoria de paradas entre El Hijo Desobediente y los góber preciosos. Eran Emilio Varelaaaaa, y Camelia, la Texanaaaaa.

Segundo golpe de narcoterrorismo social en la muy vapuleada Tamaulipas, mientras Elba Esther Gordillo le canta a Claudio X. González Guajardo (hijo del poderoso empresario del mismo nombre, directivo de la Fundación Televisa y de la agrupación Mexicanos Primero) que el SNTE no tiene secuestrada a la SEP y que al sindicato magisterial le importan tanto el buen nivel educativo y la actualización, que va a organizar un foro para recoger propuestas (una especie de Iniciativa SNTE o de Diálogo para la Seguridad de las Cuotas Sindicales). Cumbia de Gordillo que pide a la iniciativa privada una tregua mutua de confianza, para componer de fondo el sistema educativo nacional y no seguirlo parchando. Tan concentrada en lo educativo está la electoral Elba Esther, que en conferencia de prensa atajó rumores y dijo que no está pensando nada más en 2012, pues esos temas de urnas y candidatos son como los bebés: todo a su tiempo; si no, se aborta (nota de Laura Poy en La Jornada). Día de solturas declarativas varias, como la del cuestionado gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, que luego de ir a asustar a Los Pinos con el petate de la Conago exigió que no se fueran a anular las elecciones en aquella entid... no, perdón, que ya no se dé más uso político-electoral a las instancias gubernamentales de inteligencia y seguridad pública, pues tal vez se esté en presencia de la última llamada de la sociedad en exigencia de atención.

No comparezco para que me peguen, dice en musical parodia lopezportillista el PAN a nombre de su accionista principal, Felipe Calderón, ante invitaciones envenenadas del PRI para que el gerente pinolero se presente al Congreso de la Unión a rendir su parte de guerra anual y reinstalar, así, el espectáculo de gritos y sombrerazos que en años recientes había acompañado a ese ritual decadente. Chente, siempre a las caiditas, aprovecha la situación para tratar de colocarse unos segundos la banda tricolor y declara que los mexicanos migrantes no son terroristas, sabedor de que con tres palabras mal hiladas puede ocupar el espacio deshabitado en el que vagan la cancillería y la gerencia regional calderónica, hasta ahora omisas en materia de defensa real de los paisanos que pelean en la War-izona.

En la misma línea de los espectáculos musicales de corte internacional, el Departamento de Estado ha dicho en Wa-shington, en uno de sus reportes sobre el comportamiento del mundo que creen bajo su tutelaje, que el México calderonista es un peligro para Estados Unidos. La opereta intervencionista considera que la violencia criminal en la frontera norte del vecino México está creando vulnerabilidades potenciales que pueden ser aprovechadas por terroristas deseosos de entrar al país imperial. La difusión de esas estimaciones se produjo el mismo día en que un auto estalló en las instalaciones del Complejo de Seguridad Pública de Tamaulipas, en Ciudad Victoria, sin víctimas y con daños auténticamente colaterales, pues habrían sido afectadas dos patrullas que se encontraban a un lado del automóvil, que en primera instancia se ha dicho que era de propiedad particular.

El estallido en la capital tamaulipeca recuerda el alto grado de inestabilidad que se vive en esa entidad, donde  fue asesinado un candidato a gobernador que se encaminaba sin duda al triunfo electoral, según todas las encuestas de opinión hechas hasta ese momento. Crimen hasta ahora sin castigo pero, aún peor, sin que haya indicios aceptables de que las investigaciones del caso apunten hacia puertos creíbles. El propio gobernador, Eugenio Hernández Flores, dijo que desde hace 38 días se mantiene nuestra exigencia de conocer la verdad y de que se haga justicia. Y, en ese lenguaje indirecto de los políticos, mencionó que refrenda su confianza en la PGR para que, una vez que fue atraído el expediente por esa instancia federal, se rindan resultados adecuados.

La confianza existente en boletines y declaraciones oficiales no corresponde con la realidad. El de Ciudad Victoria es el segundo golpe en la lógica de las acciones enmarcadas en la presunta guerra contra el narcotráfico que potencian el miedo social. Pero ese temor está en muchos lados y en distintos ámbitos. Por ejemplo, en sectores laborales que ven las maniobras de Mexicana para obligar a los trabajadores a aceptar una realidad empresarial formalmente quebrada, pero sabidamente saqueada. O en el juego de manipulaciones que practican Blake y Lozano con los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Y, mientras continúa la saga exitosa de la policía de García Luna en la resolución del caso de los reporteros y camarógrafos de Televisa y Milenio que fueron secuestrados y liberados, ¡feliz fin de semana, con la plausible declaración judicial de la constitucionalidad de las reformas capitalinas a los matrimonios entre personas del mismo sexo!

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