Mozart puja en las casas de arte: la sola mención de su nombre, asociado a la posibilidad de que él hubiera tocado un piano que está actualmente en subasta a través de Internet y del cual la casa británica Christie’s aportó elementos para abonar a esa hipótesis, elevó a varios millones de euros el precio al mejor postor.

Desde su estudio en Karlsruhe, la radioemisora pública alemana SWR reveló que Martin Becker, un constructor de pianos puso a la venta a través de la web un piano datado en 1775 y que compró hace 30 años a un anticuario de Estrasburgo.

Un historiador de música, Andreas Beuermann, vio en Internet la foto del piano y le pareció, con base en un óleo donde aparecen en primer plano ese piano, Haydn y Mozart, que se trata del mismo instrumento que tocó Wolfgang Amadeus durante su estadía en Estrasburgo.

La agencia Afp consultó a expertos de Christie’s, quienes confirmaron que se trata de uno de los ocho pianos que quedan en el mundo de entre los que construyó en 1775 un célebre laudero de la ciudad de Zweibrücken.

Las subastadoras de arte en el mundo se han visto beneficiadas recientemente de este tipo de asociaciones de ideas, o simples adecuaciones para establecer la modalidad no declarada de una memorabilia reinventada, como algunos escépticos han denominado al furor desatado en pujas por dentaduras, cabellos, botones, casacas y toda aquella parafernalia del tipo: el lunar postizo que usaba Mozart para ligar cantantes de ópera italianas.