Opinión
Ver día anteriorLunes 2 de agosto de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el Otro Lado

Secuelas de la ley Arizona

L

a decisión de la juez federal Bolton deteniendo la aplicación de las partes más corrosivas de la ley Arizona, deja lecciones que vale revisar, toda vez que el litigio no ésta cerrado. Su decisión deja la puerta abierta para que el gobierno de Arizona se ampare en contra del dictamen. La gobernadora declaró que se iniciaron los trámites solicitando dicho amparo ante una corte federal. De acuerdo con especialistas, el dictamen sobre aquellas partes de la ley Arizona que interferían con las funciones del gobierno federal fueron redactadas con esmero, y será difícil que en otra instancia jurídica se revoque el dictamen, aunque no dudan que el caso llegue a la Suprema Corte de la Nación.

Cuatro fueron las partes más controversiales de la ley, suspendidas temporalmente: la policía no puede detener a ninguna persona ante la presunción de que carece de documentos migratorios. El dictamen vuelve sospechosas a todas las personas, incluyendo a aquellas cuya situación migratoria es legal y también a los ciudadanos estadunidenses. El estado de Arizona no puede exigir que todas las personas que detiene lleven papeles para comprobar que viven ahí legalmente, y mucho menos que sean detenidas o encarceladas hasta que prueben su estado migratorio. Arizona no puede considerar que un inmigrante ha cometido un delito por el solo hecho de no traer consigo, a toda hora, documentos migratorios o por el simple hecho de buscar trabajo. Será un juez, en una corte, quien decida si una persona debe ser deportada, y no un policía en un crucero de tránsito.

La juez Bolton tuvo cuidado de no anular partes de la ley que no se contraponen a la relación jurídica entre estados y Federación. Así evitó que otra instancia jurídica anule en paquete su decisión por fallas técnicas en la argumentación.

Es difícil determinar la siguiente acción en este controvertido asunto. Evidentemente la decisión ha irritado a quienes se oponen a cualquier concesión a los migrantes, documentados o no. Los ha puesto en contra del gobierno de Obama por haber interpuesto la demanda para que la ley no fuera aplicada. Todo mundo dice que la solución de fondo es una reforma migratoria, pero también que no es el momento, debido al periodo electoral que se avecina. Tal vez sea la puerta para que Obama gane el apoyo de quienes esperan de él esa reforma y con ello logre resarcir su caída de la popularidad. Una vez más la aritmética política será la que se imponga.