Atenas, 31 de julio. La situación en Grecia, donde se vive desde hace días una huelga de gasolineras y transportistas, mejoró ligeramente este sábado después de que los militares suministraran el carburante a hospitales, oficinas del Estado, centrales eléctricas y otros sectores importantes para la economía.

Las medidas fueron acordadas en la tarde del viernes, en una reunión del gobierno a raíz de la escasez causada por las huelgas.

En Atenas, apenas 15 por ciento de las gasolineras tenía combustible y en las islas turísticas como Rodos, Paros, Naxos o Quíos la situación ha mejorado considerablemente, según informa hoy la radio estatal.

Los medios estiman además que 50 por ciento de las gasolineras en Atenas y sus alrededores están abastecidas. Por el contrario los problemas siguen en el norte de Grecia, sobre todo en la península turística de Calcídica, así como en algunas regiones de la isla Creta.

Cientos de turistas, sobre todo búlgaros y serbios que pasan aquí sus vacaciones de verano, han dejado sus vehículos de alquiler porque se les acabó la gasolina, informan los medios. Los propietarios de los camiones protestan desde el lunes por el proyecto de ley que permitirá que cualquier persona con una licencia para conducir camiones, lo haga.

Además, la concesión de nuevas licencias se irá desmontando en los próximos tres años. En la actualidad, la licencia cuesta, dependiendo de la capacidad del vehículo, hasta 300 mil euros (391 mil dólares).

El público debe tener en cuenta las dificultades que las acciones del gobierno, en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha causado a toda la sociedad y las difíciles condiciones económicas que rigen actualmente en Grecia, precisó el presidente del sindicato de transportistas, Giorgos Tzorzatos, al defender la intrasigencia de los huelguistas.

Las concesiones de licencias por parte del Estado perjudica a los transportistas que venden las suyas de forma privada, devaluando considerablemente su inversión inicial.

El primer ministro griego, George Papandreu, insistió en que las reformas saldrán adelante a pesar de las protestas. Si hay profesiones cerradas, es lógico que los costos de transporte sean más caros y por lo tanto también nuestros productos sean más caros. Esto pronto dejará de ser así, sentenció.

Otras profesiones cerradas como los conductores de taxis, abogados y arquitectos, temen que las mismas medidas se apliquen en sus gremios.

Por su parte, las refinerías de petróleo movilizaron sus propios camiones para contribuir al abastecimiento de gasolineras. En algunas regiones, la determinación de los huelguistas comenzó a ceder transportistas a reanudar su trabajo.