Caracas, 23 de julio. Las fuerzas armadas de Venezuela se mantienen en apresto operacional para cumplir las órdenes del presidente Hugo Chávez, después de que su gobierno rompió relaciones diplomáticas con Colombia y alertó a las tropas sobre una posible agresión, aunque la situación fronteriza es de normalidad.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana mantiene su apresto operacional y está dispuesta a obedecer las tareas que sean impuestas por el comandante en jefe y presidente de la República, declaró este viernes en televisión el ministro de Defensa, el general Carlos Mata Figueroa. Advirtió que sus fuerzas están preparadas para repeler un eventual ataque.

Por su parte, el mandatario venezolano expresó hoy que Estados Unidos busca atacar a Venezuela por conducto de Colombia, devenida enclave del imperio.

En América Latina no hay duda de que el espacio más caliente que el imperio escogió para preparar las condiciones para que se desate un conflicto armado en función de sus intereses es esta parte de Sudamérica, resaltó.

Chávez ya había ordenado a las tropas estar en alerta máxima ante la posibilidad de una posible agresión de Colombia, que acusa a Venezuela de albergar en su territorio a unos mil 500 guerrilleros, según denunció la víspera en una reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que Caracas rechazó.

Venezuela tiene desplegados en su frontera con Colombia, de unos 2 mil kilómetros de extensión, más de 20 mil efectivos, aseguró el ministro de Defensa.

Cuenten el pueblo venezolano y el gobierno colombiano con una respuesta contundente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana si fuerzas extranjeras intentan violar de alguna manera el sagrado suelo, aseveró el general Mata en un mensaje que fue transmitido por la televisión estatal, flanqueado por otros militares. Enfatizó que están prestos a defender la soberanía e independencia nacional.

El ministro desmintió categóricamente las declaraciones del embajador colombiano ante la OEA, Luis Hoyos, quien denunció la presencia de unos mil 500 guerrilleros colombianos en suelo de Venezuela. Mata aseguró que los soldados venezolanos han hecho enormes esfuerzos en el combate al narcotráfico y contra la presencia de rebeldes en su territorio.

Acusó a Colombia de aprovechar los foros internacionales para agredir a su país y de mantener una actitud guerrerista. Bogotá, apuntó, debería explicar las verdaderas intenciones de la presencia de fuerzas armadas extranjeras en su territorio, en alusión al uso de siete bases castrenses colombianas por tropas de Estados Unidos.

El Consejo de Defensa de la Nación, máxima instancia para la seguridad y la defensa del país, apoyó la ruptura de relaciones con Colombia y entregó propuestas al presidente Chávez sobre esos temas para asegurar el respeto por la nación vecina. Hasta el momento no se conocen detalles de esas medidas.

El vicepresidente venezolano Elías Jaua señaló que la situación en la frontera es normal. Nuestra Fuerza Armada Nacional está desplegada en términos de su operación normal, obviamente bajo la alerta que ordenó el comandante presidente de la República, subrayó.

Jefes militares en la frontera ratificaron el reporte e indicaron que los puentes internacionales hacia Colombia están abiertos.

Chávez rompió la víspera toda relación con Colombia por vez primera desde que llegó al poder, en 1999, después de que su vecino presentó una serie de supuestas pruebas ante la OEA para demostrar la presencia activa de rebeldes colombianos en territorio venezolano. Además ya había congelado los vínculos con Colombia hace un año, a raíz de un acuerdo de cooperación militar firmado entre Bogotá y Washington que Venezuela considera una amenaza para la región.

El mandatario venezolano insistió en que temía una posible agresión de Colombia, aunque dejó abierta la posibilidad de normalizar los nexos a partir del 7 de agosto, cuando asumirá el poder el sucesor de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos. Sin embargo, hasta el momento, Santos se ha abstenido de hacer declaraciones sobre el tema.

Pero el gobierno de Álvaro Uribe, en su primer pronunciamiento tras la crisis diplomática, por conducto del canciller Jaime Bermúdez indicó que es necesario resolver el tema de fondo.

Que quede claro: lo que se requiere es un instrumento o mecanismo específico para que se resuelva el tema de fondo y haya cooperación eficaz en la lucha contra el terrorismo para desmantelar esos grupos, expresó Bermúdez.

“El país vecino –continuó– no ha dado respuesta a la solicitud que presentó Colombia ante la OEA para conformar una misión que viaje a Venezuela y verifique las denuncias.”

El gobierno de Colombia afirmó que el principio de dignidad está por encima de los intereses comerciales, en el contexto de esta crisis. Pero según empresarios colombianos las restricciones impuestas por Caracas han hecho caer el intercambio comercial en más de 70 por ciento desde 2008.

En el caso de las exportaciones colombianas, la cifra pasó de 6 mil millones de dólares en 2008 a cerca de 650 millones en los primeros cinco meses de este año.

Venezuela hizo un llamado al bloque regional Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para convocar a una cita de emergencia de sus cancilleres.

Ecuador, que ejerce la presidencia pro témpore de la Unasur, atendiendo la solicitud de Venezuela, anunció este viernes que convocará a un encuentro extraordinario para la próxima semana en Quito.

En tanto, el secretario general del bloque, el ex presidente argentino Néstor Kirchner, viajará a Caracas el 5 de agosto para reunirse con Chávez y al día siguiente se trasladará a Colombia para dialogar tanto con Uribe como con Santos, confirmó un vocero de la Unasur.

Países como Ecuador culparon de la ruptura diplomática al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, por no haber impedido la reunión del jueves, en la que Colombia insistió en sus denuncias contra Venezuela. Insulza respondió que él no tuvo responsabilidad, porque habló con el canciller de Colombia pero no hubo disposición a postergar la cita y no pudo hacer nada al respecto.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y su canciller, Ricardo Patiño, continuaron con sus críticas al señalar que se lo advirtieron para que primero hiciera consultas antes de convocar a la reunión. Patiño dijo tener dudas de que Insulza pueda retomar la cuestión colombo-venezolana con un mínimo de capacidad, porque no le dio la talla.