Ante Obama defiende a la petrolera; no intervino en el caso Lockerbie, dice el premier de GB
Decide la trasnacional vender activos en Norteamérica y Egipto a la empresa estadunidense Apache
Miércoles 21 de julio de 2010, p. 25
Washington, 20 de julio. El primer ministro británico, David Cameron, buscó hoy aliviar tensiones entre Estados Unidos y Gran Bretaña respecto a la transnacional British Petroleum (BP) en una reunión con el presidente Barack Obama, vista como una prueba para la relación especial
entre ambas naciones.
Cameron dijo que entiende completamente el malestar que existe en Estados Unidos
por el rol de BP en el derrame de petróleo en el Golfo de México y que la empresa debe tapar la filtración, limpiar y pagar las compensaciones a las víctimas.
Insistió en que BP no jugó un rol en la liberación del atacante de Lockerbie, Abdel Basset Megrahi, recluido en una prisión escocesa desde el año pasado, por lo que prometió que su gobierno atenderá constructivamente cualquier audiencia en el Congreso estadunidense sobre el caso.
No confundamos el derrame de petróleo con el atacante libio
, dijo Cameron junto a Obama tras la reunión en la Casa Blanca.
Obama dijo confiar en que Cameron cooperará para asegurar que se conozcan los detalles sobre la liberación de Megrahi, acusado del atentado contra un avión de PanAm sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988.
La primera visita de Cameron a Washington como primer ministro británico ocurre cuando el gobierno de Estados Unidos emprende medidas contra BP.
Por otro lado, BP elabora un nuevo plan con la esperanza de tapar definitivamente el pozo submarino averiado, el cual consistiría en vertir barro pesado en el sistema de válvula antiexplosión ubicado arriba del pozo y después inyectar cemento en la boca del mismo para sellarlo.
Este plan se parece al que fracasó a finales de mayo, luego de la explosión de su plataforma Deepwater Horizon, el 20 de abril, pero con la diferencia de que en esta ocasión, al estar el flujo de petróleo detenido, las autoridades confían en un posible éxito.
A todo esto, la petrolera británica acordó la venta de activos en Norteamérica y Egipto a la estadunidense Apache por 7 mil millones de dólares y también planea vender por otros mil 700 millones de dólares un gasoducto y activos de explotación en Vietnam y sus instalaciones en Pakistán con el fin de financiar el costo del desastre petrolero.