Organiza maratones de cintas no comerciales desde hace 2 años
Nos gusta que la gente dé un nuevo significado a un sitio, comenta
Miércoles 14 de julio de 2010, p. 9
Para ver cine cualquier lugar es bueno. Cualquier casa, azotea, parque o explanada, y más aún si es de noche, para ver películas no comerciales y dar un significado nuevo a los lugares donde ocurre la función.
Ése es el espíritu de Noctambulante, que el colectivo Pánico de Masas realiza desde hace casi dos años para llevar el cine a diversos puntos de la ciudad, con el propósito de dar cabida a propuestas fílmicas distintas de las comerciales y crear públicos críticos.
La iniciativa se remonta a 2003, con el cineclub que Pánico de Masas instaló en El Galerón, foro en la colonia Guerrero que durante cinco años realizó funciones populares en las que se podían ver cintas difíciles de conseguir y debatir sobre ellas al término de cada función.
“Nos gusta que sea en la noche, nos gusta intervenir espacios y que la gente dé un nuevo significado al lugar; que llegue con sus sleepings, para crear un ambiente de comunidad, a diferencia de los nuevos cines que hay ahora, donde la gente no platica entre sí y no hay retroalimentación”, explicó en entrevista Octavio Manzano Ruiz, coordinador de Pánico de Masas.
Películas de autor, además de zombis y gore
Aunque hasta ahora se han especializado
en filmes de zombis, gore y otras joyas extrañas de serie B, el equipo de Noctambulante también organiza ciclos con películas de autor, trabajos independientes y documentales.
En este proceso de recuperación física
de los espacios de la ciudad, las experiencias siempre han sido positivas y enriquecedoras. Nunca hemos tenido ningún problema al instalarnos. A veces pensamos que quizá no vaya nadie, pero hemos llegado a tener hasta 400 personas, y eso es impactante
, afirmó Manzano.
El propósito último de organizar este tipo de actividades, dijo, es empezar a generar públicos críticos que vean cine de todo tipo, y que aprendan a exigir y a analizar.
El objetivo es crear públicos, no mercados. Por eso nos gusta que haya retroalimentación con la gente. Queremos que en cada película haya análisis, y que no la midan por el número de muertos, explosiones o carros volados que vea
, dijo.
Derecho de los espectadores
Acceder al arte cinematográfico es un derecho de los espectadores, y como tal no debe estar sujeto a un asunto monetario. Ésta es una de las premisas de Pánico de Masas, que no considera que deba pagarse nada a las empresas dueñas del copyright, entre otros motivos porque su actividad no tiene fines de lucro, sino únicamente de recuperación para seguir adelante con las presentaciones.
El problema empezó cuando la cadena Motion Picture License nos exigió pagar derechos por cada exhibición, lo cual es ridículo porque si es para fines educativos o para ser utilizada por una asociación civil, como nosotros, no hay necesidad de ello
, consideró el promotor cultural.
Esas exigencias legales, añadió, son las patadas de ahogado de una industria que se está resquebrajando. Con Internet, ya no pueden tener el control absoluto sobre un producto. Ellos mismos dicen que no pueden parar la difusión, sólo hacerla más tediosa o difícil
.
La piratería no es el gran cáncer que nos han dicho; la misma industria la ha fomentado por condicionarnos a pagar muchísimo por cualquier producto
.
Los 65 pesos (50 con credencial de estudiante) que paga cada espectador por ver hasta 17 películas en algunas sesiones de Noctambulante se reinvierten en la siguiente actividad y de esta forma hacer autosustentable el programa.
Informes sobre Noctambulante y sus próximas funciones, en el sitio www.myspace.com/noctambulante.