Los titulares de los poderes Ejecutivo, Marcelo Ebrard; Legislativo, Alejandra Barrales, y Judicial, Édgar Elías Azar, así como de la Comisión de Derechos Humanos local, Luis González Placencia, y representantes de organizaciones del Movimiento Urbano Popular firmaron la Carta de la ciudad de México por el derecho a la ciudad, cuya meta es lograr que el Distrito Federal tenga constitución propia.

Lo vamos a lograr, 200 años es tiempo suficiente para que a la ciudad le restituyan sus derechos y pueda determinar su propia constitución, aseguró Ebrard ante cientos de personas reunidas en el Teatro Metropólitan.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Édgar Elías Azar, remarcó que en la ciudad de México no nos han detenido las intentonas del autoritarismo más torpe, ni las ideas tramontanas de un conservadurismo que busca simplemente conservar por conservar, sin percatarse de que vivimos en el siglo XXI.

La presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Alejandra Barrales, señaló que el reto para los diputados locales es dotar de sustento jurídico los resolutivos de esta carta y convertirlos no sólo en leyes, sino en políticas públicas.

Un par de horas antes, al reunirse con empresarios, Ebrard Casaubon se refirió al ambiguo estatus de la ciudad como algo que se debe resolver de una buena vez. Comentó que cuando llega a una reunión mundial de ciudades, todo mundo se llama alcalde o gobernador, menos el de la ciudad de México. Todo mundo pregunta: ¿cómo te llamas tú?, ¿jefe de qué? Esto provoca conflictos y confusiones que no sirven para nada a nadie.

Detalló que está proponiendo que la ciudad tenga una constitución, en la que se aclare cuáles son las facultades federales y cuáles las locales.

El mandatario puso de ejemplo la aprobación del endeudamiento de la ciudad, el cual depende del Congreso de la Unión. Cada año hay una negociación, y la de este año va a estar peor, por aquello de las alianzas, anticipó.

“Vamos a llegar ahí y nos van a decir: ‘como nosotros vamos a aprobar el techo de deuda e inversión, pues ahora te lo vamos a bajar. Así ha sido. ¿Por qué tiene el Distrito Federal que estar en eso?” Se busca un trato fiscal más justo; no queremos un privilegio, resumió.

En ese tenor, Elías Azar señaló que una constitución para la ciudad es una oportunidad para que el TSJDF alcance autonomía financiera, pues de esa manera se podría buscar acceso a una participación fija del ingreso programable de los estados.

En entrevista, el magistrado recordó que el tribunal tiene autonomía funcional, es decir, en cuanto a las resoluciones judiciales que emite, pero aun así está imposibilitado para crear leyes propias de nuestra función, lo cual también podría cambiar con una carta magna local.

Al señalar que lograr esta meta depende de la voluntad política de las cámaras de Diputados y de Senadores, afirmó que ya es obligatorio, un deber moral y jurídico, darle autonomía a la ciudad.