Reporteros sin Fronteras (RSF) condenó que el pasado fin de semana ocurrieran en México los asesinatos de un periodista y un activista –Marco Aurelio Martínez Tijerina y Guillermo Alcaraz Trejo–, con lo cual suman 10 desde enero de este año. Dijo que estos sucesos son “prueba de que la violencia no deja de crecer en un país en el que los profesionales de los medios de comunicación no pueden ejercer más su profesión sin vivir con el temor a ser secuestrados, torturados o asesinados.

Es una violencia alimentada por la impunidad que reina en el país y de la que se benefician los asesinos de los periodistas, pues desde 2000 suman ya 67 los representantes de los medios de comunicación que han perdido la vida, mientras 11 se encuentran desaparecidos desde 2003, lo que convierte a México en el país más peligroso para la libertad de prensa en América y uno de los más peligrosos del mundo para los periodistas.

A la condena por los crímenes de Marco Aurelio Tijerina, reportero de la radiodifusora XEDD, La Tremenda, de Montemorelos, Nuevo León, y de Guillermo Alcaraz, trabajador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Chihuahua, se sumaron la Fundación para la Libertad de Expresión y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la cual consideró que, a la brevedad, los comunicadores deben contar con garantías para el desempeño de su profesión.

La CNDH consideró, también en un comunicado, que la mayoría de los atentados contra informadores provienen de integrantes de la delincuencia, que intentan proteger sus intereses mediante el temor o la violencia extrema, y recordó que trabaja conjuntamente con asociaciones de periodistas en el diseño de guías de prevención y protección, que les permitan hacer frente a situaciones de violencia en su ejercicio laboral.