Panamá, 11 de julio. La aprobación de una nueva legislación laboral en Panamá, que anula prácticamente el derecho de huelga con la sustitución de trabajadores en paro, obligó al gobierno del presidente Ricardo Martinelli a buscar una negociación con trabajadores bananeros que activaron el movimiento de resistencia a la legislación y se enfrentaron a la policía durante tres días, con saldo de dos indígenas muertos y 400 heridos.

El centro de las protestas se localiza en la localidad de Chanquinola, en la provincia atlántica de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, donde miembros del Sindicato de Trabajadores de la Bocas Fruit Company protagonizaron las protestas, entre el jueves y el sábado, lo que ha llevado también a la detención de un centenar de personas.

Un representante del gobierno derechista, el vicepresidente y canciller Juan Carlos Varela, viajó a Chanquinola para tratar de iniciar un diálogo con representantes del sindicato bananero y de otras organizaciones de trabajadores, incluidos los de la construcción y maestros.

El movimiento tiene el apoyo de universitarios, organizaciones ambientalistas y del Partido Alternativa Popular, en formación, que en conjunto convocaron a una huelga general para este martes 13, pero según Martinelli, la movilización sindical fue provocada por el Partido Revolucionario Democrático, que estuvo en el poder hasta el triunfo de Martinelli el año pasado.

Judy Meana, portavoz de la Presidencia, rechazó condiciones y amenazas y consideró que la huelga es un elemento de presión y de intransigencia, mientras que los bananeros reclamaron la liberación de todos los detenidos en días pasados y la derogación de la legislación, que ya fue sancionada por Martinelli, para dialogar.