Puebla, Pue., 10 de julio. El escritor de novela negra Juan Hernández Luna, nacido en 1962, falleció el jueves a los 47 años de edad a causa de un paro cardiorrespiratorio en el Hospital General de la ciudad de México, donde estaba internado debido a una enfermedad renal.

El cuerpo del autor de obras como Me gustas por guarra, amor, Tijuana Dream, Quizás otros labios y Yodo será velado en Puebla, informó Marco Rodríguez Alcaraz, quien precisó que en compañía de amigos y familiares, recibirían los restos del escritor para velarlo en alguna funeraria de esta ciudad, la cual no precisó.

Juan se inició escribiendo en la ciudad de Puebla, fundamentalmente como narrador, y si bien hizo estudios en teatro y escribió poesía, se concentró en trabajar la narrativa policiaca, manifestó Rodríguez Alcaraz.

En Puebla, dijo el amigo del narrador, laboró en varias publicaciones, como el periódico El Universal, que en su edición local mostró parte de su trabajo.

En 1985 estudiaba teatro y cine en la ciudad de Puebla. Por esos días obtuve un premio de cuento. Iniciaba el asunto de contar historias, precisó Juan Hernández Luna en un blog en el cual escribía recientemente (www.latinoir.com/dieznegritos).

Cadáver de ciudad fue la obra con la que ganó, en julio de 2007, el Premio Dashiell Hammett a la mejor novela policiaca escrita en español, en el contexto de la Semana Negra de Gijón, España, galardón que también había logrado en 1997, con Tabaco para el puma.

En 2005, Hernández Luna impulsó en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl un programa de fomento a la lectura dirigido a los policías, denominado Literatura siempre alerta, en el que se incluyeron libros del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, Paco Ignacio Taibo II, Juan Villoro y Felipe Garrido, entre otros.

Se repartieron 22 mil textos entre los uniformados y esa iniciativa, la cual concluyó en 2009, obtuvo reconocimientos de la Academia Mexicana de la Lengua, del Centro de Investigación y Docencia Económicas y de Scotland Yard.

Juan Hernández Luna retomó el programa a partir de 2007 y hasta 2009 en la Secretaría de de Cultura del Gobierno del Distrito Federal. El también promotor cultural recibió en 1985 el Premio Nacional de Cuento.

A Hernández Luna, como apuntó en el blog de su autoría, le consolaba el asunto de tener amigos generosos, disponer de mi tiempo, despertarme a medio día, ir y venir, escribir, hijos, plantar libros, criar árboles. ¿Era así lo que debía escribir?, dejando su recuerdo, su obra y una pregunta abierta.