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La operación, similar a las que hubo durante la guerra fría

Intercambian Washington y Moscú a 10 espías por 4 agentes presos en Rusia
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Los espías de Rusia comparecen ante un tribunal. Serán intercambiados por cuatro agentes que colaboraban con Gran Bretaña y Estados UnidosFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 9 de julio de 2010, p. 24

Moscú, 8 de julio. Rusia y Estados Unidos pactaron llevar a cabo un intercambio de espías, similar a los que hubo durante la guerra fría, que incluye a los 10 agentes del espionaje ruso, detenidos a finales de junio en territorio estadunidense, y a cuatro rusos que cumplían condenas por vender secretos a Estados Unidos y Gran Bretaña.

El acuerdo fue sellado en Washington, la noche del miércoles, por el subsecretario estadunidense de Estado, William Burns, y por el embajador de Rusia en Estados Unidos, Serguei Kisliak.

La disposición clave en el acuerdo Estados Unidos-Rusia es que la Federación Rusa aceptó liberar a cuatro individuos encarcelados en Rusia por supuestos contactos con agencias de inteligencia de Occidente, subrayó hoy el Departamento de Justicia estadunidense en un comunicado.

Esto significa que el canje resultó ser proporcional al valor que asigna cada servicio de espionaje a los agentes caídos en desgracia cuyo rescate negoció.

Dicho de otra manera, no es lo mismo deportar a 10 personas que, si bien llevaban años de vivir en Estados Unidos con identidad falsa, no habían obtenido aún algún secreto relevante que aceptar liberar a miembros de los servicios de espionaje rusos que cometieron traición y recibieron duras condenas de cárcel por causar severo daño a la seguridad de Rusia.

Para el secretario estadunidense de Justicia, Eric Holder, éste fue un caso extraordinario, desarrollado a lo largo de años de trabajo de investigadores, abogados y fiscales, y el acuerdo alcanzado hoy provee una resolución exitosa para Estados Unidos y sus intereses.

La verdad, el trueque es igualmente exitoso para los intereses de Rusia y, de ser cierto lo que afirma Holder, sería la primera vez que se desmantela toda una red de espías sin que el éxito que se atribuye a labores de contraespionaje sea consecuencia de una traición, aunque tal vez tenga que pasar mucho tiempo hasta que se sepa el nombre del delator.

Como parte del pacto, comparecieron hoy en la corte federal de Manhattan, en Nueva York, los rusos Anna Kushenko (conocida como Anna Chapman, que se hizo famosa por su belleza y las fotos en que aparece desnuda, publicadas por un diario sensacionalista de Londres como peculiar venganza de su ex marido británico), Mijail Semenko y los esposos Natalia Pereverzeva (conocida como Patricia Mills) y Mijail Kutsik (conocido como Michael Zottoli).

También lo hicieron los otros tres matrimonios, el de Vladimir y Lydia Guryev (que se presentaban como Cynthia y Richard Murphy), el de Andrey Bezrukov y Elene Vavilova (que decían ser Tracey Lee Ann Foley y Donald Howard Heathfield) y el formado por la periodista peruana Vicky Peláez y Juan Lázaro, quien aceptó ser de origen ruso y llamarse en realidad Mijail Vasenkov.

Los 10 –el undécimo acusado, Chris Metsos, que utilizaba pasaporte canadiense, se dio a la fuga después de su detención en Chipre y puesta en libertad bajo fianza– se declararon culpables de conspirar y actuar como agentes de un gobierno extranjero sin notificar su presencia a la justicia de Estados Unidos.

Satisfecho el requisito para guardar las formas, se retiraron los cargos más serios de lavado de dinero que pesaban contra nueve de los agentes y la jueza Kimba Wood ordenó su expulsión inmediata de Estados Unidos, prohibiéndoles volver a ingresar a ese país.

Por su parte, el presidente de Rusia, Dimitri Medvediev, indultó a los cuatro cuya liberación solicitó Estados Unidos a cambio de los 10 expulsados.

Son Igor Sutiaguin, Guennadi Vasilenko, Aleksandr Zaparozhsky y Serguei Skrypal, informó esta madrugada aquí Natalia Timakova, secretaria de prensa del presidente ruso.

Sutiaguin, experto en armamento estratégico, a quien le faltaban por cumplir cuatro años de cárcel, llegó esta noche a Viena y, según versiones no oficiales, de la capital austriaca, acompañado por funcionarios del servicio secreto británico, seguirá viaje a Londres.

Considerado por organizaciones no gubernamentales de derechos humanos preso político, Sutiaguin alegó siempre su inocencia y se dijo víctima de la arbitrariedad del contraespionaje ruso.

Se acusó a Sutiaguin de revelar secretos de Estado a una empresa extranjera, cuando era investigador del Instituto de Estados Unidos y Canadá, de la Academia de Ciencias, y de nada sirvió que tratara de demostrar, durante el juicio, que el documento incriminatorio contiene únicamente datos publicados en la prensa local.

Muy diferentes son los casos de los otros beneficiados del canje. Se trata de dos ex agentes del SVR (el servicio de inteligencia exterior, sucesor del KGB soviético) acusados de trabajar para la CIA: Guennadi Vasilenko y Aleksandr Zaparozhsky, que cumplían largas penas de prisión.

El último es Serguei Skrypal, ex coronel del GRU (servicio de inteligencia militar), condenado en 2006 a 13 años de cárcel por vender secretos a Gran Bretaña.