Cinco de los 52 que quedan en prisión saldrán en breve
; el resto, en tres o cuatro meses
El canciller de España confirma el compromiso
tras reunión con el presidente Raúl Castro
Fariñas se dice escéptico
y esperará a confirmar las excarcelaciones para suspender su protesta
Jueves 8 de julio de 2010, p. 22
La Habana, 7 de julio. El Arzobispado de La Habana anunció que dentro de un plazo de tres a cuatro meses a partir de hoy, el gobierno cubano dejará en libertad a todos los opositores detenidos en 2003, cinco de los cuales saldrán en breve
y viajarán a España con sus familiares.
El anuncio fue el punto culminante de una larga mañana de trabajo. Primero se reunieron el cardenal Jaime Ortega y los cancilleres de Cuba y España, Bruno Rodríguez y Miguel Ángel Moratinos, respectivamente. Después los tres se fueron a ver al presidente Raúl Castro.
Moratinos confirmó a la prensa que se trata de un pleno compromiso
para zanjar definitivamente la cuestión de los presos
, y citó tres implicaciones: 1) ya no hay ninguna razón para mantener la posición común
de la Unión Europea (UE), 2) Estados Unidos también tendrá que tomar nota
y 3) se abre una nueva etapa para Cuba
.
Junto con su colega Rodríguez, el canciller español vio el futbol en la casa de Castro. Con España en la final, Moratinos no pudo menos que bromear ante los reporteros, conjeturando que el cardenal se había encomendado esta mañana a San Fermín (que se festeja el 7 de julio) y finalmente resumió: Es un día que no voy a olvidar
.
Disfrutan el partido
Un día que Moratinos pasó seis horas con Raúl Castro y observó cómo el presidente cubano vibraba
con las jugadas del equipo rojo.
Hasta esta noche no había nombres de los primeros liberados, pero se sabía que no viajarían con el ministro español, quien regresaba a Madrid al final del miércoles. Ortega anticipó que antes de ofrecer detalles tendría que avisarse a las familias. Todos los beneficiados con este acuerdo están declarados prisioneros de conciencia
por Amnistía Internacional.
Licet Zamora, vocera de Guillermo Fariñas, reportó que el activista, que permanece en terapia intensiva, estaba escéptico
sobre el anuncio y esperaría a confirmar las excarcelaciones antes de suspender su abstinencia de alimentos sólidos y líquidos.
Consultado sobre esa reacción, Moratinos consideró que a estas alturas esa protesta –en demanda de la liberación de presos– ya no tiene sentido
.
De los 75 sentenciados hace siete años, quedan 52 en prisión. Los otros han salido por distintas causas, en su mayoría debido a una licencia extrapenal, la figura que en Cuba permite al reo volver a su casa por razones de salud, aunque la condena permanece firme.
Las liberaciones eran esperadas desde la reunión de Castro con Ortega y el arzobispo Dionisio García, el pasado 19 de mayo. La expectativa creció con declaraciones públicas del cardenal y del canciller español en las últimas semanas, aunque siempre fue una incógnita la dimensión, el ritmo que tomarían y la forma en que se anunciarían.
Consultado por la prensa, Ortega confió que esperaba el anuncio, pero estaba sorprendido de ser él mismo quien recibiera primero la información, estando aquí Moratinos.
Y es que, en un país donde la forma a veces es más que el fondo, fue notable que el anuncio viniera del Arzobispado y la nota de prensa dijera que el cardenal Ortega fue informado
de las decisiones oficiales.
La clave del procedimiento parece haber quedado reflejada, primero, en el acuerdo para que Moratinos viajara a La Habana precisamente ahora y luego en la sucesión de declaraciones del martes de Rodríguez, Ortega y el canciller español.
En esos breves discursos los protagonistas indicaron cómo han logrado identificar sus respectivas ubicaciones en este proceso: la Iglesia católica dialoga con el gobierno, con una agenda propia, nacional; España respalda ese desarrollo y al mismo tiempo ayuda, moviendo los hilos en la UE, algo que interesa a los cubanos. Las autoridades reservan sus espacios para cada uno de los interlocutores. La posición de cada quien está definida, el cuadro queda dibujado.
Cuando concluya la excarcelación del conocido como Grupo de los 75 –por el número de detenidos y sentenciados sumariamente entre marzo y abril de 2003–, podría cerrarse un ciclo de tensiones abierto hace siete años. Ese factor de apaciguamiento político sería el primer resultado de gran alcance del nuevo escenario creado por el diálogo entre la Iglesia Católica y el gobierno.
Esos prisioneros se volvieron una cuestión simbólica. Como recordó Moratinos, el tema siempre estaba presente
en el escenario internacional en relación a Cuba.
El canciller español evocó en este momento a los escépticos o desconfiados en su línea de trabajo con La Habana, siempre dialogante. Esta manera de hacer política
, concluyó sonriente esta tarde, es la que da resultados
.
Según el comunicado del Arzobispado, difundido a media tarde, en las próximas horas
seis prisioneros serían reubicados en penales cercanos a sus familias y otros cinco serían liberados y son los que viajarán a España.
Moratinos subrayó que los cinco que irán a España lo harán por voluntad propia y la nota del Arzobispado puntualizó que los demás liberados podrán salir del país
. Consultado sobre si la emigración era un requisito para las excarcelaciones, el cardenal Ortega respondió que es una propuesta
.