Garantizar el pleno ejercicio de sus derechos asegura bienestar y cohesión social, afirma
El organismo presentó un informe sobre los avances en salud y educación para los niños
Promedio de escolaridad en el país alcanzó el segundo grado de secundaria, destaca
Domingo 4 de julio de 2010, p. 29
El tema de la infancia debe estar en el centro del debate político, pues invertir para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de los niños fortalece las capacidades humanas e institucionales. Éstas, a su vez, aseguran bienestar y cohesión social, advierte un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En ese documento, el organismo exhorta a México a terminar con el concepto de que los niños son ciudadanos del mañana
, pues bajo esa perspectiva se han postergado las acciones en su beneficio. Por el contrario, las niñas y los niños son ciudadanos de hoy, por lo que la agenda pendiente en torno a ellos representa un imperativo impostergable para la sociedad mexicana
.
El informe Los derechos de la infancia y la adolescencia en México. Una agenda para el presente, da cuenta de los avances registrados en los ámbitos de la salud y la educación, entre otros, la reducción de la mortalidad y la desnutrición infantil, pero al mismo tiempo la persistencia de graves problemas como la muerte materna.
Al respecto, Unicef plantea que las defunciones de mujeres asociadas al embarazo, parto y puerperio son reflejo de rezago social. A escala nacional, la tasa de mortalidad materna se ubicó en 57 por cien mil nacidos vivos en 2008, pero en los 100 municipios con menor índice de desarrollo humano, la tasa llegaba a 148. Las entidades con la mayor cantidad de decesos eran Guerrero, Chiapas y Durango.
Una alternativa para superar este problema tiene que ver con promover la planificación familiar e impulsar la educación sexual desde edades tempranas, facilitando el acceso a información oportuna de acuerdo con la edad de los infantes y adolescentes, así como el acceso a servicios de calidad.
Falta mejorar la calidad de la enseñanza
En el ámbito educativo, el organismo internacional destaca que la cobertura del nivel primaria es casi universal y sólo en estados como Quintana Roo, Aguascalientes, Yucatán, Campeche y Colima, entre tres y seis por ciento de sus niños están fuera de los planteles.
los niños son los ciudadanos del mañana, pues eso ha propiciado que se posterguen las políticas encaminadas a su beneficio. En la imagen, una niña juega en un sembradio de San Salvador AtencoFoto Yazmín Ortega Cortés
Este problema se acentúa en estas y otras entidades para el nivel secundaria. La asistencia más alta existe en el Distrito Federal (ciento por ciento), Coahuila (92.3 por ciento) y Baja California Sur (91.8 por ciento). En el otro extremo se encuentran Chiapas, Guerrero y Campeche, cuyas coberturas son de 65, 70 y 73 por ciento respectivamente.
Para el nivel medio superior, el indicador es todavía más bajo. En el ciclo escolar 2007-2008 se ubicó en 60.9 por ciento el promedio nacional para los jóvenes de 16 a 18 años de edad.
Los avances se encuentran en la equidad de género en lo concerniente las oportunidades de acceso a la educación. De hecho, las tasas netas de cobertura femeninas son superiores a las masculinas en todos los niveles hasta en 5 por ciento.
Pese a las desigualdades entre los estados de la República, el promedio de escolaridad de los mexicanos ha aumentado al segundo grado de secundaria.
Lo que todavía falta, de acuerdo con el estudio, es mejorar la calidad de la enseñanza y la obtención de resultados en el aprendizaje iguales, independientemente de factores de ingreso, origen étnico o residencia.
Indica que aún existen importantes brechas de desempeño entre estudiantes que asisten a escuelas privadas, públicas o indígenas.
Para Unicef, si bien los avances son importantes, todavía se requiere una serie de intervenciones concretas como el diseño de un marco legal compatible con la Convención sobre los Derechos del Niños, una estrategia nacional de acción en favor de los niños y adolescentes, así como una asignación presupuestaria suficiente, oportuna y equitativa dirigida a este sector de la población.