Tricolor y blanquiazul enfrascados en guerra sucia en Tlaxcala
Domingo 4 de julio de 2010, p. 3
El asesinato de un simpatizante del frente opositor, así como la quema de boletas y robo de papelería electoral encendieron los focos rojos en Puebla para la jornada electoral de hoy. Mientras, en Tlaxcala la contienda se centrará entre PRI y PAN con sus respectivas alianzas. En ambas entidades se eligen gobernador, diputados locales y ayuntamientos.
Los dos principales candidatos al gobierno poblano son impulsados por la alianza Puebla Avanza (PRI y PVEM), Javier López Zavala, y por la coalición opositora Compromiso por Puebla (PAN, PRD y Panal), Rafael Moreno Valle Rosas.
El PT, con Armando Etcheverry Beltrán en busca de la gubernatura, decidió ir en solitario.
Los focos de alarma se encendieron esta semana con el asesinato de Romero Núñez Montiel, simpatizante de la coalición opositora, en el municipio de Jolalpan.
El gobierno estatal se rehusó a solicitar la intervención de las fuerzas federales, pues dijo confiar en que la jornada concluirá sin violencia, postura que respaldó el presidente del Instituto Electoral del estado, Jorge Sánchez.
Para analistas políticos la contienda se redujo a una lucha entre el gobernador priísta Mario Marín, a través de su ex secretario de Gobernación, López Zavala, y la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, quien envió a 5 mil 600 sindicalizados de varios estados para defender los votos de Moreno Valle.
La liza en Tlaxcala se centrará entre el priísta Mariano González Zarur y la panista Adriana Dávila Fernández, tras la declinación de la perredista Minerva Hernández Ramos (coalición PRD-PT-Convergencia), quien el pasado 26 de junio anunció su apoyo a Dávila Fernández, con el acuerdo de impulsar un cogobierno si el blanquiazul gana. Rosalía Peredo Aguilar, del Partido Socialista (local), es la otra contendiente.
PRI y PAN se enfrascaron en una guerra sucia en los últimos días en la que el primero calificó a su adversaria de no tener capacidad, experiencia y conocimientos para dirigir los destinos del estado, pues resaltó como único mérito ser amiga del presidente Felipe Calderón.
La panista acusó al priísta de misógino y de no dar resultados a pesar de haberse desempeñado en varios cargos públicos.
La dimisión de la perredista generó inconformidad en el PRD local, y ocasionó que algunas corrientes dejaran en libertad a sus militantes de votar por el candidato preferido; otras apoyarán al candidato del PRI como protesta.