París, 30 de junio. Soy un soldado y un político, no un banquero, dijo este miércoles el ex general Manuel Antonio Noriega, quien aseguró que los millonarios depósitos que realizó en Francia hace dos décadas provinieron de pagos que le hizo la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Al concluir en París el juicio en su contra por presunto lavado de 2.8 millones de dólares en Francia durante los años 80, provenientes del cártel colombiano de Medellín, el ex jefe de las desarticuladas Fuerzas de Defensa panameñas respondió en forma esquiva sobre sus cuentas bancarias en Francia, de las que, afirmó, se encargaba el director del banco BCCI en Panamá.

Sólo aseguró que el dinero que tiene en sus cuentas francesas no precede de la droga sino que es su salario como colaborador de la CIA de Estados Unidos.

La acusación de lavado de dinero es un montaje, insistió tras considerarse víctima de una conspiración de Estados Unidos, que lo derrocó durante la invasión militar a Panamá en 1989, acusado de tráfico de drogas.

La fiscalía francesa reclamó para el ex general una pena de 10 años de cárcel tras considerar que el papel de Noriega fue simple y claro: proteger el transporte regular de droga por Panamá y de las sumas de dinero que recibía de un “tráfico íntimamente vinculado con el cártel de Medellín”.

Imagen de archivo del ex general Manuel Antonio NoriegaFoto Ap

Noriega se presentó como pacificador de Centroamérica pero está probado que puso en marcha una ingeniería para transferir dinero al extranjero, afirmó por su parte el fiscal Michel Maes.

La defensa, de su lado, pidió la absolución del ex general panameño y reclamó al tribunal que actúe con independencia (...) más allá de la imagen que dio de él Estados Unidos, como un dictador y traficante de cocaína.

Uno de los abogados del ex hombre fuerte de Panamá, Yves Laberquier, sostuvo que Francia no tiene pruebas sobre el origen de los fondos bancarios de Manuel Antonio Noriega, y dijo no entender por qué la fiscalía pide como condena la perpetuidad real que significa la muerte en la cárcel de un hombre de 76 años de edad, que además está enfermo.