México recupera al año la mitad de las 160 mil hectáreas de bosques y selvas que pierde. Aunque este problema no es tan severo como el de Brasil o el Congo, durante la última década las áreas más deforestadas han sido selvas tropicales, señaló en entrevista José Carlos Fernández Ugalde, director de la unidad de asuntos internacionales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

Explicó que México no tiene las mismas tasas de deforestación de hace 20 años –alrededor de 600 mil hectáreas al año– ni las que tienen países de África o lo que pierde Brasil, pero el problema existe.

Fernández Ugalde, quien participa en el taller Medición, reporte y verificación, que se realiza en Guadalajara con la finalidad de definir métodos para el monitoreo de gases de efecto invernadero (GEI) en las naciones en desarrollo, explicó que el Sistema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD) es un mecanismo establecido en el contexto de las negociaciones internacionales sobre cambio climático y cuenta actualmente con una bolsa de 4 mil millones de dólares.

Detalló que los bosques son una oportunidad para mitigar los GEI. Cada hectárea que se pierde crea emisiones, así que si se evita la deforestación se deja de generar carbono; por ello se buscan mecanismos para medir este fenómeno y dar incentivos a las comunidades de las zonas forestales.

Hace unos años la Conafor puso en marcha un programa de pago por servicios de carbono, mediante el cual las comunidades participaron en un mercado voluntario, y hoy, tras las negociaciones de Copenhague, hay dinero internacional para el tema.

No obstante que el país tiene fuertes procesos de degradación en suelos –dos terceras partes del territorio presentan algún grado de deterioro– y que se ha perdido un volumen importante de bosques, en la actualidad hay una caída en la tasa de deforestación.

Recordó que en el Plan Estratégico Forestal 2025 la meta era detener la deforestación 75 por ciento y, aseguró, en una década se redujo la mitad, lo cual permite objetivos más ambiciosos para detener la deforestación antes de 2025.