Rustenburgo, 22 de junio. Felices e ilusionados, pero también con los pies en la tierra, salieron los uruguayos del estadio Real Bafokeng tras derrotar 1-0 a México, con una victoria que les valió el primer lugar del grupo A y la clasificación a octavos de final, algo que el país no conseguía desde hace 20 años.

En esta fase hemos demostrado que somos un equipo difícil de enfrentar para los demás, destacó en rueda de prensa después del partido el técnico de la celeste, Óscar Tabárez.

Sobre los 90 minutos disputados sintetizó: Ellos manejaron más la pelota, fuimos inteligentes porque fue uno (de los rivales) más duros. Merecidamente los dos equipos pasan a octavos.

El capitán Diego Lugano destacó: México con la pelota dominada no nos llegó nunca, eso demuestra que estamos firmes. Nos mostramos sólidos atrás para enfrentar a un equipo tan técnico.

Tabárez coincidió en remarcar el trabajo en propia cancha: El equipo no ha recibido goles en tres partidos, es una prédica grande. No hay que demonizar la palabra defensa porque no fueron tres empates, dos de esos partidos terminaron en triunfos.

Capítulo aparte merecieron el hecho de volver a octavos de final, instancia de la que estaban ausentes desde Italia 1990, y los festejos eufóricos en Montevideo.

Se ganó, es algo histórico, afirmó el delantero Diego Forlán, mientras el zaguero Mauricio Victorino ahondó: Es emocionante dar una alegría a la gente de Uruguay. Comentaron que la afición está como loca en la calle y eso nos emociona. Tenemos que seguir con los pies en la tierra, ya está. Ahora, a descansar y planificar el partido que viene.

Un optimismo mesurado reina en la escuadra charrúa. Creo que este equipo puede seguir haciendo más cosas en este Mundial, dijo Tabárez.

Tenemos confianza para seguir soñando en hacer un gran campeonato, pero es importante tener una gran concentración, comentó Lugano, al tiempo que el defensa Jorge Fucile, una de las figuras ante México, agregó: ahora es mano a mano y nosotros soñamos. Queremos llegar a lo más lejos.